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USTED ESTÁ ACREDITADO. Sentencia que deja escapar a un catalán que ha expoliado Euskadi

MAUDILI PRIETO

El segundo veredicto judicial sobre el ’caso Epsilon’ se hizo público ayer y nos llevamosuna sorpresa ciertamente desagradable. La Sección Segunda de la AudienciaProvincial de Araba ha absuelto a Joan Villadelprat, quien fuera administrador único de Epsilon Euskadi, que fue el fallido sueño automovilístico del Gobiernodel lehendakari Juan José Ibarretxe y del PNV para situar un bólido vasco en laFórmula 1, y a Mark Phillip Payne, director financiero de la firma, de sendos delitos de administración desleal, insolvencia punible y alzamiento de bienes. El británico alumbró en marzo de 2011 la escudería Epic Racing, que compró la rama de competición de Epsilon después de que ambos fueran conocedores de la situación de insolvencia en que se hallaba esta última. La Fiscalía arabatarra estudia recurrir en casación la sentencia ante el Tribunal Supremo.Los exresponsables de la firma automovilística se sentaron en el banquillo de los acusados a finales de junio para responder por esa venta y por su actuación en este fracasado proyecto, que engullió más de 40 millones de euros en ayudas públicas. Durante cuatro jornadas, tanto el catalán como el inglés seenfrentaron a un juicio penal en el que el Ministerio Público solicitó para cada uno de ellos ocho años de cárcel y el pago conjunto de 914.000 euros de multa en concepto de responsabilidad civil. El fallo judicial les absuelve de todos los delitos. De igual modo, el tribunal ha absuelto a Epic Racing S. L. de las peticiones presentadas contra la compañía. Durante el juicio, la Fiscalía de Álava sostuvo que cuando la compañía se encontraba al borde de la suspensión de pagos, Villadelprat acordó con Payne “desgajar” la división deportiva y de competición de Epsilon, que era el pilar de la firma, ya que había generado en los últimos años más del 80% de los ingresos a Epsilon. Para ello, cuando ya se había presentado el preconcurso de acreedores, los procesados crearon ’ex profeso’ una nueva sociedad, Epic Racing –conformada por Payne y trabajadores de Epsilon y que entró en concurso de acreedores en 2013–, a la que transfirieron material valorado en 1.100.000 euros por sólo 200.000.Para la acusación, esa maniobra consistía era vaciar a la compañía de contenido empresarial y evitar que sus deudores pudieran acceder al material y venderlo para ver resarcidas, siquiera en parte, las cantidades que se les adeudaban. Vamos, todo un estilo catalán de hacer las cosas como hizo el empresario de los electrodomésticos Francesc Miró con Bermúdez. La sentencia, sin embargo, sostiene que “aunque el valor contable de los activos transmitidos era de 1.099.263,89 euros, no se ha probado que el precio acordado fuera inferior a su valor de mercado”. Al mismo tiempo,  el fallo judicial apunta que tampoco se ha podido demostrar que el contrato con Epic causara perjuicio económico a los socios de Epsilon. Esta operación ya fue juzgada por la vía mercantil en el año 2013, cuando la jueza consideró probado que la venta de la rama de competición de Epsilon a Epic Racing fue perjudicial para los acreedores. En aquel proceso, Villadelprat fue condenado a una inhabilitación de tres años y la obligación de devolver 900.000 euros a la caja de la compañía para repartirlos entre los acreedores. La condena penal, inexistente.

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