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NI,ZU TA BIOK.Perrea,perrea...

MAUDILI PRIETO

¿Saben aquello de los astros?.Pues todos se han juntado y para mal.Mientras en Lakua meten el tijeretazo a las ayudas por hijos y el mundo del corazón no llega de la mano,sino de la relación más extraña del mundo:Borja Semper y Bárbara Goenaga (uséase,el lider del PP de Gipuzkoa y la actriz prima de Aitzpea Goenaga),que ni Rajoy entendería a pesar que se lo contara Sabino Cuadra -ya estamos en Ocho apellidos populares-,tenemos en Euskadi una novedad.No,no es que el Athletic juegue bien en la Europa League.Si no los secuestros virtuales.Vale,si,los secuestros son algo conocido en la casa.Si no es Otega Lara,son los amigos de Amedo y Rodríguez Galindo,pero no,no es ya eso.Y es que la Ertzaintza -que no tiene suficiente con evacuar Martutene con las lluvias y proteger la costa de las olas grandes que nos llegan-ha recibido durante los últimos meses varias denuncias de personas que refieren haber recibido llamadas telefónicas anónimas en las que supuestos secuestradores les informan de que “tienen secuestrado a su hijo” y les exigen una cantidad de dinero a cambio de su liberación. Los especialistas del Area de Delitos Contra las Personas, adscritos a la Sección Central de Investigación Criminal y Policía Judicial de la Ertzaintza, analizan actualmente estas denuncias, junto con otras evidencias obtenidas en sus investigaciones, así como las características de denuncias similares presentadas ante otros cuerpos policiales fuera de Euskadi.Desde la Ertzaintza se señala que la forma de actuar cuando se recibe una llamada de este tipo, pasa por tratar de mantener la calma e intentar verificar la situación real de la persona supuestamente secuestrada (un hijo o una hija, o aquella que el comunicante nos diga), comprobando que se encuentra en el lugar en el que debería estar en ese momento: colegio, trabajo, domicilio, etc. Resulta fundamental que el pánico no bloquee nuestra capacidad para analizar la situación y para actuar racionalmente; en todo momento debemos manejar la premisa de que la situación pude no ser real y tratarse en realidad de un fraude.Por supuesto, de hacer el pago de la cantidad solicitada y, por el contrario, debemos ponernos en contacto de modo inmediato con la Ertzaintza, a través del 112. Hay que mantener la calma y tener presente que una imposibilidad puntual de contactar con la persona supuestamente secuestrada puede deberse en realidad a que esta se encuentre en una zona sin cobertura o donde no pueda tener encendido su teléfono móvil (colegio, universidad, cine etc.). El guión esencial es que la víctima recibe una llamada en su móvil desde un teléfono con número oculto o desconocido. El supuesto secuestrador, en la mayoría suramericanos (¿de donde creen que pueden venir estos inventos de bombero?), hace saber a la víctima que “tiene retenido a su hijo”, y que en el caso de que no siga sus indicaciones, acabará con su vida o le causará algún daño físico importante. El secuestrador exige el pago de una cantidad económica - que oscila entre los 350 y los 5.000 euros - la cual deben abonar por transferencia de manera inmediata a través de un locutorio (encima,peleate para que te entienda el paquistanés de turno).Esta premura en el tiempo es la clave de la situación, pues persigue que las víctimas, presas del pánico, no tengan tiempo de comprobar la veracidad de la situación y consumen el pago, llevando a cabo la transferencia del dinero exigido. Para mantener la tensión, los extorsionadores utilizan distintas artimañas. En ocasiones requieren que la víctima no corte la llamada para, de ese modo, evitar que pueda conectarse telefónicamente con el supuesto secuestrado y darse cuenta del engaño. La Ertzaintza ha comprobado que la mayoría de las veces las víctimas son elegidas de forma aleatoria, mediante una simple llamada al azar (al estilo de cuando nos llaman los comerciales de telefonía), por lo que en ocasiones pueden incluso no tener hijos; pero también hay casos en los que los supuestos secuestradores pueden haber realizado una investigación previa, a través de falsas encuestas en la calle o telefónicas, o haber obtenido los datos en las diferentes redes sociales, en las que, inconscientemente, se cuelgan datos relativos a la vida personal, como el nombre y apellidos, número de teléfono, lugar de residencia o veraneo, centro escolar en el que se cursan estudios, fotografías, entre otros datos.La persona falsamente secuestrada, habitualmente un hijo de la víctima, puede variar según el objetivo que persigan los delincuentes o los datos que posean, pudiendo hacer recaer la amenaza sobre cualquier otro miembro de la familia: un hermano, el padre,...Todo esto pasa,nos cuenta la Ertzaintza,porque ya no tiene credibilidad en Suramérica.Claro,como aquí aún es nuevo,y los "panchitos" se aprovechan de que son "buenas personas" y meterse con ellos es "racismo" -y SOS Arrazakeria les ayudará mientras,como en Sestao,no abren boca en una pelea entre clanes de gitanos rumanos-pues son elementos que sirven para que,quien reciba la llamada se lo crea.Perrea,perrea...sean los latinos que no trabajan,el dúo Semper-Goenaga o los tijeretazos sociales en pleno maremoto de la RGI.


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