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ORAIN KALERA.A por la soberanía sin dudar

RAMÓN SOLA,Garakoa

FICOBA, a metros de la frontera, es el primer «mugarri». EH Bildu y EH Bai avanzaron allí su Vía Vasca hacia un Estado libre y con justicia social. Irá haciendo camino al andar, así que lo relevante ayer era subrayar que están en marcha. «Lo que muchas generaciones han soñado, lo vamos a vivir y a hacer», resumió Hasier Arraiz.La afirmación de que «ahora es el momento» y toca llevar a la realidad las aspiraciones otrora más o menos utópicas de millones de vascos que nos precedieron fue el hilo conductor de Arraiz, en la intervención principal del acto de Ficoba. Un subrayado histórico que deja claro que la propuesta lanzada ayer por EH Bildu y EH Bildu no es coyuntural, ni muchos menos electoral, sino el punto O de un trabajo que durará años para materalizar una ambición de siglos. «Vamos a completar ese viejo sueño, vamos con los pies en el suelo pero la mente en el horizonte», concluyó. La última palabra fue para los más de 400 asistentes, que rompieron en un solo grito: «Independentzia!».Tras siglos de resistencia, pasados ya tres años de la apertura de una nueva época con el fin de la lucha armada de ETA y en un contexto de crisis total de los estados que ha fortalecido la convicción de que «en España y en Francia no hay futuro para estos tres millones de vascos», la propuesta conlleva una rotunda demostración de voluntad por parte de las fuerzas soberanistas y de izquierda del país, agrupadas en estos frentes amplios al sur y al norte del Bidasoa. Tanto en el escenario de Irun como en las redes sociales se remarcaba que no solo es la hora, sino que «hay camino, bidea badago, il y a une voie». Lo han denominado Euskal Bidea y parte inevitablemente de la unilateralidad, tras haberse constatado largamente que en Madrid y París no hay disposición siquiera para vías intermedias, como recordó Ane Lopepe (EH Bai). Desde los bertsos iniciales de salutación se apuntaló esta clave: «Oparituko ez digutena guk eraikiko dugu».Ante un auditorio expectante llegado de todo el país, Lopepe y Arraiz citaron las pautas básicas de esta propuesta sin necesidad de leer un solo extracto del documento, que lleva por título ``La hora de la voluntad popular'' y fue entregado a la entrada en dos versiones: euskara-castellano y euskara-francés. Catorce páginas que esbozan una vía en la que «el camino a decidir no es la meta, es el camino», avisaron los intervinientes. Y en que no se trata de esperar para decidir en un día D indeterminado, sino de decidir desde hoy, precisamente para no esperar tanto. En consecuencia, esta Vía Vasca «no es una protesta ni una demanda, es un proceso de construcción», subrayó Lopepe. Y en el mismo se comprometen con el respeto total y absoluto a la voluntad popular.Poco tuvieron que esforzarse Arraiz y Lopepe para justificar la necesidad de soltar amarras con los dos estados. El presidente de Sortu y parlamentario de EH Bildu había comenzado recordando que Madrid ha enseñado estos días «su cara más oscura» (``Askoz hobe nago zu gabe'', le cantaron en un pequeño paréntesis entre los discursos). Pero añadió que los vascos siguen siendo ese pueblo que «canta y baila a ambos lados del Pirineo», como lo definió Voltaire, y un pueblo también que «tiene iniciativa política».Se vieron gestos de asentimiento y satisfacción cuando Arraiz explicitó detalles como la apuesta por un «nuevo contrato» entre los partidarios del derecho a decidir que blinde todos los derechos para todas las personas, hoy sometidos a los atropellos de las políticas de Estado, tanto en lo político como en lo social. Se ovacionó el saludo a los nuevos aires que llegan a Europa desde las costas griegas. Y se escuchó con agrado que el derecho a decidir no es un solo una herramienta para hacer un Estado libre, sino también «para construir justicia social».Ávidos de titulares en que encajar una propuesta tan abierta, los numerosos periodistas echaron mano rápido del boli cuando Arraiz explicó que este proceso no solo será unilateral, sino también «desobediente», y también cuando planteó que apuestan por «gobiernos locales, forales y autonómicos por el derecho a decidir». Hasier Arraiz lo ubicó entre los retos a corto plazo. El resto del camino tiene dirección y sentido, pero no etapas ni fechas, ya que EH Bildu y EH Bai saben que eso solo lo puede decidir la ciudadanía vasca, tejiendo consensos y formando mayorías ganadoras.Si la Vía prospera, Ficoba tendrá un sitio en la historia como mugarri. De momento, ayer confluyeron ahí todos esos «sueños de generaciones enteras». Generaciones en las que no faltó quien dio todo por un objetivo ahora más al alcance que nunca, como remarcó Arraiz recitando el ``Dana emon bear yako maite dan askatasunari'' de Lauaxeta. Ante él, veteranos dirigentes políticos, decenas de expresos, cientos de electos actuales y muchos jóvenes. Un pueblo ante otro futuro.


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