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ORAIN KALERA.Disgustos con el Bizkaibus

MAUDILI PRIETO

Lo de Bizkaibus no tiene nombre.Si buses quemados acusando miembros de la ezker abertzalea,si el cambio de líneas y de concesiones y ahora huelga indefinida a partir del 27 de octubre. La última reunión mantenida entre la Bizkaiko Foru Aldundia y los sindicatos para desatascar las negociaciones que permitieran desconvocar los paros terminó sin acuerdo. Y, lo que es peor, sin ninguna reunión prevista entre ambas partes hasta el próximo viernes. La Diputación, que puso sobre la mesa mejoras en el servicio exigidas por los sindicatos sin que sirvieran para avanzar en las conversaciones, advirtió a estos últimos que no está dispuesta a permitir que sean ellos los que decidan cuándo entren en funcionamiento las nuevas concesiones. Los sindicatos no se fían. “Si ahora estamos renegociando lo acordado el año pasado, ¿quién nos asegura que se cumplirá lo que prometen ahora?”, plantea el portavoz de ELA, Iñaki San Andrés.Las negociaciones parecen haber llegado a un callejón sin salida para desbloquear unos paros que ayer vivieron su novena jornada de huelga y que dejarán sin servicio de Bizkaibus a 85.000 ciudadanos a partir del lunes de forma indefinida. Las conversaciones, que han incluido propuestas escritas sobre la mesa, no han servido para acercar ni un ápice las posturas, radicalmente enfrentadas: los sindicatos siguen insistiendo en que peligran 300 puestos de trabajo y ni los compromisos de la Diputación y las nuevas empresas, ni las propuestas para incorporar nuevas líneas que mejoren el servicio han apaciguado sus ánimos. Su postura es firme: no se pone en marcha el nuevo servicio hasta que se cumplan sus exigencias.Las dos reuniones mantenidas ayer, in extremis para impedir la huelga indefinida, resultaron baldías. La Diputación presentó a los sindicatos un preacuerdo en el que se compromete a poner en marcha las líneas necesarias para mantener todos los puestos de trabajo. Incluso puso un calendario sobre la mesa: el próximo martes los sindicatos plantearían sus propuestas y, tras un reunión el 18 de noviembre para debatir lo analizado hasta el momento por la Diputación, el 22 de diciembre el departamento de Obras Públicas y Transportes les presentaría las nuevas líneas y su fecha de implantación, siempre antes del 1 de marzo de 2016. La Diputación también se compromete, durante ese periodo transitorio, a impulsar que toda la plantilla tenga un trabajo efectivo.No ha sido suficiente para los sindicatos. “Nos han tomado el pelo. Nos han planteado exactamente lo mismo que nos propusieron el miércoles, a lo que dijimos que no. No entendemos a qué está jugando la Diputación, porque ya sabía la respuesta. Se están riendo de la propia sociedad vizcaina, abocándonos a una huelga indefinida en la que va a ser la más perjudicada”, manifestó San Andrés. Y es que, para los sindicatos, el año y medio que plantea la institución foral es excesivo. “Estaríamos dispuestos a buscar fórmulas para un par de meses pero no se van a recuperar los puestos de trabajo que teníamos acordados hasta marzo de 2016. Si hoy en día no están cumpliendo con lo firmado el año pasado, nadie nos asegura que en año y medio vayan a cumplir lo que hoy nos están prometiendo. Es una falta de respeto. Para algunos, no vale ni la palabra de vasco, ni la firma”, criticó el portavoz sindical.La Diputación no está dispuesta a aceptar el ultimátum. “O los sindicatos deciden cuándo y cómo entran en servicio las nuevas concesiones, o no hay acuerdo”, planteó la diputada de Obras Públicas y Transporte, Itziar Garamendi, a las Juntas Generales, antes de las reuniones de ayer. “Cualquier intento, gesto o propuesta que presentamos es insuficiente. A cada solución, un problema. A cada documento, otra alternativa posible. Nuestra voluntad de acuerdo choca contra un muro imposible de atravesar que forman los sindicatos”, lamentó. No obstante, Garamendi reiteró su intención de dialogar “hasta la extenuación” para terminar con una huelga “injusta e injustificable”.Tras recordar que se ha subrogado a la totalidad de la plantilla -“nadie va a perder su puesto de trabajo en Bizkaibus”, reiteró-, la diputada acusó a los sindicatos de buscar solo “mejorar o consolidar la situación laboral de los trabajadores” que, recordó, “no son funcionarios forales”. “No estamos ante una huelga a favor de los usuarios. Se trata de presionar a la Diputación”, destacó.Lo más cerca que se ha estado del acuerdo fue el miércoles. Así, al menos, lo entendió la Diputación, quien no solo planteó nuevos servicios -una línea exprés entre Balmaseda y Zalla, un servicio directo a la UPV en Enkarterri...- sino que se comprometió a poner en marcha las líneas necesarias para garantizar todos los puestos de trabajo. Puso sobre la mesa incluso un calendario de trabajo. La sorpresa llegó al día siguiente. “La parte sindical exigía que las nuevas condiciones no entraran en servicio hasta que se implanten las líneas propuestas”, desveló Garamendi. Y es ahí donde la Aldundia ha puesto la línea roja. “No se pueden paralizar los concursos, bajo pena de incurrir en responsabilidades patrimoniales millonarias”, advirtió la responsable foral. Garamendi recordó que fueron los propios sindicatos los que, ya el pasado mes de mayo, “acordaron y firmaron” las listas definitivas de los trabajadores que van a pasar subrogados a las nuevas empresas. Asimismo, señaló que la comisión de seguimiento del acuerdo ya había empezado a trabajar desde julio en las mejoras en las líneas cuando, “de manera inexplicable e inesperada” recibieron un correo electrónico anunciando las movilizaciones.Como ven,no damos para disgustos con el Bizkaibus.

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