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ORAIN ERREPORTAJEA.Radiografía de una "mamma" a la catalana

ORAIN ERREPORTAJEA.Radiografía de una "mamma" a la catalana

JULÍAN MÉNDEZ/MAUDILI PRIETO

Una tarde de marzo de 1955, Jordi Pujol,
entonces un pimpollo recién licenciado
en Medicina, posó una mano contra un árbol mondo de la calle Mallorca de
Barcelona y, con la otra, cogió los dedos de su novia. «Marta, lo primero será
Catalunya», le dijo mirándole a los ojos desde abajo. Lo más importante ya
estaba dicho. Luego, le pidió matrimonio. Casi 60 años después, Marta Ferrusola
Lladós (Barcelona, 28 de junio de 1935), la muchacha que había jurado no
casarse nunca con un hombre bajito y médico, vive asfixiada por las mentiras.
Ahora se sabe que lo primero no fue Cataluña, sino llenar las alforjas, la
‘butxaca’. Y que ella, la ‘Martona’, como la llaman las amigas, no había sido
la única compañera de cama de ese hombre arrugado y menudo al que dio siete
hijos y que ocupó durante 23 años y medio la presidencia de la Generalitat.
Como es habitual en este país, no ha sido el
deseo de justicia, sino la más pura venganza lo que ha destapado la trama.
Igual que pasó con el primogénito de la pareja, fue una de las amantes de
Pujol, María José Bargalló, la primera que tiró del hilo y relató el camino
seguido por la fortuna de la familia escondida en paraísos fiscales. «Y ella no
fue la única», confía una estrecha colaboradora de Pujol durante sus años de
gobierno. «Él tuvo varios afectos. Uno, en el entorno de Presidencia, fue una
relación muy especial. Y no hablo de Carme Alcoriza, su jefa de gabinete, la
que trasladaba sus órdenes a los consellers y de la que todos decían que estaba
liada con Pujol cuando no era así. El matrimonio con Marta Ferrusola peligró en
varios momentos», sostiene la política.Incluso hubo un rumor muy extendido con un nombre muy conocido:que Pujol estaba liado con la presentadora de TV3 Mari Pau Huguet.Nunca se demostró,pero las trayectorias de la joven de Lleida y el President tienen ciertas coincidencias.
Marta, una mujer de carácter fuerte
acostumbrada a salirse siempre con la suya, cogió en cada una de esas ocasiones
al toro por los cuernos. Cuando el runrún de las infidelidades empezaba a rodar
por el Paseo de Gracia, ella pedía que la entrevistaran en algún medio afín y
que le preguntaran por la pareja. Jovial, lo negaba todo. «Eso son tonterías,
nuestro matrimonio va de maravilla. Catalunya avanza y nosotros seguiremos
siempre juntos», clamaba. Y es verdad. No hay más que recordar las fotos de este
verano, con la pareja unida en la adversidad y abrumada por el escándalo y los
micrófonos en la casona familiar de Queralbs. «Aquí no soy el president, soy el
marido de Marta», decía Pujol en los tiempos felices.
¿Pero quién es Marta Ferrusola Lladós, la
mujer que fue ‘primera dama’ de Catalunya durante cerca de un cuarto de siglo y
de la que ahora se sospecha que usó esa posición para lucrarse? La ‘Martona’ es
la hija de Carme Lladós Pascual (su abuela, emigrante en Catalunya, nació en el
zaragozano pueblo de Daroca) y de Josep Ferrusola, un sastre que abrió comercio
en el Eixample de Barcelona, una de esas tiendas especializadas en paños y
tejidos en las que se surtían las modistas de la postguerra. Tiene dos
hermanos, Josep y Carme, y estudió en el colegio de las Madres Concepcionistas.
Fue bautizada Marta en recuerdo de una tía suya, fallecida en la epidemia de
gripe de 1919.
Aplicada, deportista, siempre delgada y muy
religiosa, sus vínculos con el Opus Dei son muy conocidos: en 1992 asistió en
Roma a la beatificación de Jose María Escrivá de Balaguer, rodeada de ministros
del PP. Al acabar sus estudios de Bachillerato dio clases de gimnasia y ayudó
tras el mostrador en el comercio familiar. «Su padre, al que ella llamaba papá,
era un hombre recto y muy austero. Una regla que Marta ha aplicado a su propia
vida. Oleguer, el hijo pequeño de los Pujol, heredaba la ropa y los zapatos de
todos sus hermanos mayores», recuerda Maribel Juan, autora de una biografía
sobre Ferrusola titulada ‘A l’ombra del poder’ (A la sombra del poder).
En 1951, con apenas 16 años, conoció a Jordi
Pujol, con quien coincidía en las reuniones de la Cofradía de la Virgen de
Montserrat de Virtélia, un centro escolar de marcado carácter catalanista
fundado tras la Guerra Civil y donde siguieron estudios, entre otros, Federico
Mayor Zaragoza, los hermanos Maragall, Miquel Roca o Félix Millet (otro que también saqueó
otro emblema catalán como el Palau). Jordi Pujol, que llegó a cofrade mayor, le
pidió pasar por el altar tras poco más de un año de noviazgo. Lo hicieron,
claro, en la emblemática abadía benedictina de Montserrat el 4 de junio de
1956. Ofició la ceremonia Pere Llumà, padre espiritual de Pujol y consiliario
de la cofradía, y Aureli Maria Escarré, prior del monasterio. Dicen que aquel
mismo día Pujol dijo a sus invitados que, algún día, Catalunya estaría por
encima hasta de su matrimonio. Aquella pareja refulgente era el cogollo y el
embrión del futuro nacionalismo catalán ‘triomfant’, miembros de la selecta
‘ceba’. «Lo nuestro es un ‘ménage à trois’: él, yo y Catalunya», ha bromeado en
alguna ocasión esta mujer que detesta el color verde y a la que más de la mitad
de sus conciudadanos pone a bajar de un burro.
«Ella es tajante, más independiente e
independentista que nadie. Es la que lleva las riendas del matrimonio, de la
familia y, como apuntan algunos, hasta de Corvengencia. Pujol siempre le pedía
opinión», resalta Maribel Juan. Otro ejemplo, Marta Ferrusola es la que conduce
el coche de la familia. Pujol, nunca guía.
Empleado en los laboratorios farmacéuticos
Fides Cuatrecasas, adquiridos por el padre de Pujol, Jordi se vuelca en la
política. Ella, se supone que a toque de cornetín, forma una familia extensa.
«La procreación es un hecho, es una continuación de la creación divina. (...)
Pertenezco a una generación en la que estos dos sentimientos, el católico y el
patriótico, han ido juntos. Para que las familias lo sean de verdad deben tener
hijos», declaró Ferrusola en sus años mozos.



"Yo estaré a tu lado"

Jordi (1958) y Marta (1959), sus primogénitos,
ya estaban en el mundo cuando Pujol escribe el texto ‘Os presentamos al general
Franco’ y siembra de pasquines nacionalistas el Palau de la Música durante el
centenario del poeta Joan Maragall. Recibe el soplo de que van a por él y le
conminan a huir. Asoma la figura de Ferrusola. «Ahora es el momento de
quedarse. Cuando nos casamos me dijiste que Catalunya podía pasar por delante de
nosotros. Ahora es el momento. Yo estaré a tu lado en todo, pero ahora es cuando
hemos de dar el do de pecho», cuentan que le reclamó.El consejo el costó a Pujol siete años de
cárcel. Denunció haber sufrido torturas y cumplió dos años y medio de prisión
en Torrero (Zaragoza). Marta se hizo cargo de la casa. A la fuerza. «Es lo que
ha hecho siempre. Ella es la cara B de Pujol. De buena familia, se casa con un
hombre que la maltrata, que tiende a humillarla. ¿Cómo se entiende si no ese
‘Catalunya será lo primero’? Ella ha tenido que tragar con todo, con las amantes
y lo demás. Marta ha protegido su territorio, que son sus hijos. Ahora ha sido
la que le ha obligado a Pujol a dar el paso y a asumir la responsabilidad para
salvar a la familia. Es un modo –explica el periodista catalán Salvador
Sostres– de expiar la culpa por haberla arrasado y humillado durante tantos
años».Podría ser una explicación de un Sostres que durante mucho tiempo vivió a la sombra de Convergència hasta que lo dejaron fuera de su 
núcleo duro y acabó en los brazos de "El Mundo" y Telemadrid. Pero lo cierto es que
Marta Ferrusola se buscó la vida desde muy joven. Hasta 1975, como profesora de
gimnasia. En 1989 montó una floristería junto a su amiga Mercè Vila, con el
nombre de Jepo que dará paso a la controvertida empresa Hidroplant (implicada
en el fiasco del césped del Camp Nou que el periodista Maudili Prieto destapó en las páginas del diario AS,como explicamos más adelante), de la que fueron accionistas sus hijos
Marta y Jordi junto a Aguas de Barcelona (Agbar) y las familias Raventós Negra
y Aguilà. En aquellos años,Ferrusola defendía a capa y espada su derecho a
licitar (y a ganar) los concursos públicos convocados por las instituciones
catalanas. «‘Nuestros hijos tienen derecho a ganarse la vida. Nosotros lo hemos
dado todo por Catalunya. Es hora de que Catalunya nos devuelva algo’, eran frases
que Marta pronunciaba en los años en que Pujol ocupaba el Palau de la
Generalitat», airea una colaboradora del expresident.Queda claro que Catalunya lo pagó con intereses no sólo por Ferrusola sino por otros muchos enchufes y gastos a cargo del erario.
Ese carácter «fuerte e impulsivo» que le lleva
a mandar a la mierda a un periodista que le mete el micro en el coche o a
saltar en paracaídas con 59 años, ese aire «mandón» que preside todos sus
actos, ha dado paso a un estudiado repliegue. Los Pujol están en caída libre.



USTED ESTÁ ACREDITADO:TODO POR LA FAMILIA



La caída en picado de 'La Martona',gran defensora de la familia,se produce a raíz de los negocios ensuciados con las mordidas a los Pujol. "Allá donde había una
información privilegiada o un negocio, sector en el que se presentaban los
hijos de Jordi Pujol. Ella ha sido la que se ha preocupado por la formación,
los estudios y su salida profesional. Y lo ha hecho a fondo. Algunos de ellos
le han acompañado en misiones comerciales y viajes oficiales. Era evidente.
Pero aunque el padre no ocultaba su incomodidad, la madre lo estimulaba. Hubo
personas que dimitieron por no verse involucradas en estos asuntos",
admite hoy una antigua colaboradora de Pujol.Queda claro que aquel 
'Aixó es una dona',que era el
grito con que regalaban los oídos de Ferrusola los seguidores de CiU tras las
victorias electorales,quedaba más que justificado.Pero "la Martona" no tiene fin.
En 2001 Ferrusola la lio
parda al decir en un coloquio que los inmigrantes que viven en Catalunya tratan
de «imponer constantemente» sus costumbres y su religión. "Esto de las
imposiciones es una cosa muy fuerte, porque, a lo mejor, dentro de 10 años las
iglesias románicas no servirán y servirán las mezquitas". Jordi Pujol la
respaldó más tarde al decir que «la mayoría» pensaba como su esposa.Tristemente para Ferrusola,su partido ha llevado la contraria a la esposa del expresident y optado por abrir las puertas a esta inmigración mediante Àngel Colom e incluso la oferta de ofrecer clases de árabe en horario lectivo en los colegios o bien mediante programas como "Convivim",un presunto programa de integración de inmigrantes que 
supuso un gasto financiero para las arcas de Badalona con el objeto de que socialistas y convergentes -los concejales Francesc Serrano (PSC) y los convergentes Ferran Falcó y Josep Pera- solucionaran sus "problemas" personales con ciertos elementos incómodos para ellos como así intentar evitar que el líder del PP,Xavier García Albiol,ganara las municipales de 2011 como así fue.



MI APUNTE:SU FRAUDE AL BARÇA



MAUDILI PRIETO



Este periodista que les
escribe en este apartado de este reportaje del compañero Julián Méndez también
tiene lo suyo con Marta Ferrusola.En 1998,en el diario AS,publiqué el fraude de
la empresa Hidroplant (sucesora de la floristería que montó en 1989) al Futbol
Club Barcelona.Como recordaran los más culés,el Barcelona se vio envuelto en un
grave problema en el césped del Camp Nou tras ser sustituido por las obras de
reforma del coliseo blaugrana.Susodicho césped se convirtió en un barrizal y
será recordado por el hecho que la hierba volaba.Llegó la situación a ser tan
insostenible que el presidente barakaldés del Barcelona,Josep Lluís Núñez –ya inmerso
en los problemas deportivos del equipo- se consideró engañado por “la Martona”
y le quitó,antes de dejar de ser presidente para ceder el trono a Joan
Gaspart,la concesión de cualquier servicio.El asunto también salpicó a
AS,porque se tomaron decisiones drásticas por parte de aquellos que dijeron no
ser “serviles” al Pujolismo.El tiempo ha demostrado que la supervivencia de
ciertos periodistas –como Fabián Ortiz o Tomás Guasch- se debían a hacer creer,dentro
de la comedia del Pujolismo,lo que nunca fueron ni son.



 

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