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ORAIN KALERA.Bermeo se lleva la peor parte del temporal

BERMEO. La mar se cebó con la zona costera de Bizkaia, principalmente con Bermeo, donde las embestidas del agua dejaron un primer balance desolador: tres embarcaciones deportivas hundidas, un pantalán arrastrado por la marea y varios más con serios desperfectos; media docena de establecimientos hosteleros anegados por el empuje de las olas, y el muelle de Xixili dañado.También Lekeitio, Ondarroa y Elantxobe tuvieron que hacer frente a las embestidas de la mar, aunque no se registraron, en principio -habrá que esperar a hoy para valorarlo-, daños de importancia. Excepto en Mundaka, donde el agua corría por la atalaya como si fuera un río y hundió varias embarcaciones, aunque no se ha concretado el número.Lo cierto es que la mar dio ayer un susto tremendo a las localidades portuarias de Bizkaia. Pese a que los partes meteorológicos ya habían avisado de que se registrarían olas de hasta cinco metros, la coincidencia con la pleamar, alrededor de las 20.00 horas, hizo que los efectos y la bravura del agua arrasaran con todo lo que se encontraban por delante. El fuerte oleaje pilló desprevenidas a las dársenas de Bermeo, Elantxobe, Mundaka, Ondarroa y Lekeitio. Aunque, sin duda, fue la primera localidad la que más afectada quedó. Tanto en el puerto deportivo como en la zona comercial se vivieron momentos de verdadera angustia. La sirena del puerto había sonado alrededor de las 19.30 horas, y eso ya era suficiente aviso de que lo que venía se preveía importante.El azote de la mar movilizó a los miembros de la Ertzaintza, Policía Local, Salvamento Marítimo y Cruz Roja. Se cortaron todos los accesos a zonas de riesgo junto al puerto, principalmente en la zona del rompeolas, principal dique de contención de la localidad. Es habitual ver saltar el agua en su choque contra el hormigón, pero los responsables policiales advirtieron de que el temporal de ayer venía más fuerte de los normal.El puerto se convirtió de pronto en un hervidero de personas que acudían a salvar sus embarcaciones y a ayudar al resto a poner a salvo las suyas. También fueron muchos los comerciantes que se acercaron hasta el lugar, pese a ser día festivo, ya que el boca a boca corrió entre ellos alertando de que el agua estaba entrando en los establecimientos. Media docena de locales, la mayoría de hostelería, aunque también había algún comercio, se vio anegada por el agua, pese a que sus responsables habían tenido tiempo de poner tablas que impidieran el acceso del agua."No pensábamos que iba a ser tan fuerte. Me he enterado porque me han mandado un mensaje y he venido a todo correr para poner a salvo la mercancía", afirmaba una mujer, cuya tienda de ropa y complementos no sufrió finalmente tantos daños como ella preveía. "Hemos podido taponar el agua y no hemos tenido muchos daños. Al final, he sido afortunada", se reafirmaba.Las embestidas del agua se llevaron un pantalán y dañaron otros tantos. Miembros de la Asociación de Amarristas se congregaron rápidamente en el muelle para ver qué podían hacer. "Mañana tendremos que valorar los daños; hoy bastante hemos tenido con intentar salvar los barcos y que no hubiera más daños", explicaba a DEIA Eber Zulueta, presidente de la asociación."No es la primera vez que pasa en Bermeo", reconocía Zulueta, "pero hemos vivido momentos difíciles".Por otra parte, en la zona comercial del puerto, el muelle de Xixili -uno de los menos abrigados- sufrió varios desperfectos que hicieron que el agua entrase en una empresa consignataria. El muelle quedó tocado y hoy, con toda seguridad, técnicos del Gobierno vasco tendrán que valorar los desperfectos.En Elantxobe, las instalaciones del Club de Remo sufrieron importantes daños. El agua entró con gran fuerza por la rampa que da a la mar y provocó el vuelco de varias embarcaciones así como a algunas traineras que estaban en el interior de local. A pesar de los cuantiosos daños materiales que se registraron, no hubo que lamentar daños personales. Finalmente, en Lekeitio, arrantzales se acercaron hasta el puerto para amarrar con mayor seguridad las embarcaciones, que solo sufrieron los golpes de las olas.


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