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ORAIN,MANDELAREKIN.All are Nelson Mandela

ERREDAKZIOA
El 5 de diciembre de 2013 será un día para la historia.Nelson Mandela,de 95 años y presidente de Suráfrica,se apagó.Fue quien durante 27 años fue el preso 46664 para los líderes del Apartheid.Fue quien,junto a Frederik de Klerk,recogió el Nobel de la Paz de 1993 por acabar con la distinción entre negros y blancos.Fue quien revolucionó el mundo y acabó con las diferencias raciales.Ahora,que no está,ORAIN quiere hacer su homenaje con todos los medios posibles de nuestros país y sus artículos más destacados de la forma en que lo han editado.Queremos la mayor pluralidad de nuestra nación.Goian bego Madiba.
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EL «TERRORISTA» QUE HIZO SOÑAR AL MUNDO
Después de meses de convalecencia y con casi un siglo a sus espaldas, Nelson Mandela falleció el jueves por la tarde dejando en Sudáfrica un mar de lágrimas y  una conmoción generalizada en el planeta. Que el desenlace de su grave enfermedad fuera conocido de antemano no ha amortiguado el golpe que supone la pérdida de una de las grandes figuras de la política internacional, sobre todo entre aquellos que compartieron con él el ideal de una sociedad igualitaria, sin discriminaciones ni sometimientos de ningún tipo.Y es que no hay que olvidar, frente a la unanimidad en las reacciones habidas a su muerte, que muchos de quienes hoy lo ensalzan vieron en el líder sudafricano y en su organización un peligroso enemigo al que combatir. Y de hecho lo combatieron, apoyando al régimen criminal y racista que gobernaba en su país. Sirva como dato ilustrativo que fue en 2008 cuando el Gobierno de Estados Unidos retiró su nombre del listado de «terroristas», donde compartió espacio con otros dirigentes del Congreso Nacional Africano. Para entonces, en cualquier caso, Madiba ya había forjado su leyenda como militante y estadista capaz de liberar a su pueblo del yugo del apartheid, y había hecho soñar al mundo con que no hay metas imposibles y que la voluntad del ser humano es capaz de alcanzar cualquier objetivo.Desgraciadamente, ni quienes hoy tanto lo alaban ni quienes le sucedieron tienen su talla, de modo que Sudáfrica está lejos de ser lo que soñó su hijo más querido, y el mundo sigue siendo el mismo cenagal que se encontró al salir de Robben Island. Sin embargo, el legado que nos deja Nelson Rolihlahla Mandela es un tesoro imperecedero, pues él nos enseñó que nuestro futuro nos lo labramos nosotros mismos, que uno no puede ser libre si quienes le rodean no lo son, y que para liberar a un pueblo a veces es necesario luchar, pero siempre es imprescindible ganar los corazones y las mentes de quienes lo habitan. Herriarena zara, lagun.

DEIA.Figuró en la lista de terroristas de EE.UU. hasta 2008

La muerte de Mandela ha llevado al mundo el consenso sobre su figura y no hay mandatario de ningún país que no le considere como uno de los grandes líderes de la historia. Ejemplo a seguirluchador por la libertad..., son los calificativos que todo el mundo suscribe, pero lo que afirman tras su muerte, no es lo mismo que mantenían durante su vida. Ayer, el primer ministro británico y seguidor de la que fuera líder de su partido y jefa del Gobierno británico, Margaret Thatcher, firmaba el libro de condolencias en la embajada sudafricana en Londres señalando lo siguiente: "Su lucha por la libertad y en contra de la discriminación, su lucha por la Justicia, su triunfo frente a la adversidad, estas cosas inspirarán a las próximas generaciones". "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios", finalizó. Lo que no dijo Cameron es que bajo el mandato de laDama de Hierro los conservadores británicos no condenaron el apartheid, se negaron a apoyar las sanciones internacionales al régimen racista sudafricano y consideraron a Mandela y su partido como "terroristas". Tanto es así que tras la muerte de Thatcher, el partido de Mandela se lo recordó a los británicos.Pero no solo sucedía en el Reino Unido. En Estados Unidos, el presidente Obama ordenó que las banderas ondearan a media asta. "Nos corresponde a nosotros impulsar el ejemplo que él dio: tomar decisiones guiados por el amor y no el odio, no menospreciar nunca la diferencia que puede marcar una persona, y buscar un futuro que sea merecedor de su sacrificio", continuó. "Por ahora, démonos una pausa para dar gracias por el hecho de que Nelson Mandela vivió; un hombre que tomó la historia en sus manos y giró el arco del universo moral hacia la justicia", señaló el presidente de un país que tenía a Mandela en su lista de terroristas hasta 2008.DESDE LA GUERRA FRÍA La explicación de todo esto nace en los años de la guerra fría, en la que el mundo se vio atravesado por una línea que separaba a amigos y enemigos. Y muchas veces la geoestrategia pasaban por encima de las ideologías. En el cono sur de África la línea colocaba al unos con el apartheid y a otros frente a él. La URSS se alineaba en contra y Estados Unidos, a favor. El Kremlin utilizó a Cuba, presente en Angola, para hostigar a la Sudáfrica racista y en esa misión, las autoridades de La Habana apoyaban al Consejo Nacional Africano de Mandela y a su grupo armado, La Lanza de la Nación, tanto a nivel financiero como militar e incluso entrenando a sus militantes en la ejecución de atentados y sabotajes. De ahí nació unaeterna amistad entre Nelson Mandela y Fidel Castro. Madiba mostró en numerosas ocasiones su agradecimiento al líder cubano. Como gesto, cuando Mandela llegó al poder, Cuba fue el primer país reconocido por el nuevo Gobierno sudafricano.El Papa Francisco, el Dalai Lama, Ban Ki-moon, Durao Barroso, Xi Jinping, Putin, Merkel, Fidel Castro, Maduro, Angela Merkel... No hay nadie que no haya querido destacar la figura el exmandatario fallecido. Ni en el mundo, ni en Euskadi.El lehendakari, Iñigo Urkullu, afirmó ayer, en recuerdo al fallecido expresidente sudafricano Nelson Mandela, que "es necesario aparcar el odio para dejar paso a la convivencia". Urkullu envió un telegrama a la Embajada de Sudáfrica para expresar sus condolencias. Y desde el primer partido vasco, Andoni Ortuzar señaló que "el recorrido político y humano de Nelson Mandela, que partió de la lucha armada para alcanzar el territorio del perdón, la reconciliación y la convivencia, constituye una inspiración para todos los habitantes del planeta, pero de un modo muy especial para todos y cada uno de los actores que participamos en el intento de asentar una paz justa y definitiva en Euskadi".

EL CORREO: El féretro de Mandela desfilará por Pretória 

El féretro con los restos del expresidente sudafricano Nelson Mandela desfilará la próxima semana por las calles de la capital de Sudáfrica, Pretoria. Ese desfile tendrá lugar durante tres días, del 11 al 13 de diciembre, cuando el cuerpo de Mandela, que falleció el jueves a los 95 años en su residencia de Johannesburgo, reposará en una capilla ardiente instalada en los Union Buildings, la sede del Gobierno sudafricano.Según ha explicado Neo Nomodu, directora de la Oficina de Comunicación e Información del Ejecutivo (GCIS), las rutas del féretro se harán públicas "cada mañana, cuando los restos salgan de la morgue hacia la capilla ardiente". El acceso a la capilla ardiente será controlado a través de acreditaciones y los ciudadanos tendrán que usar un autobús oficial para acceder al velatorio en la sede del Gobierno, donde no se les permitirá entrar con cámaras, ha puntualizado Momodu.El funeral de Estado por Mandela se celebrará el 15 de diciembre en Qunu (sureste del país), la localidad donde vivió su infancia, según informó ayer el presidente sudafricano, Jacob Zuma. De esta forma, el que fuera el preso político más famoso del mundo cumplirá su deseo de descansar en Qunu junto a su familia. Previamente, el 10 de diciembre, tendrá lugar en el FNB Stadium (antes conocido como Soccer City) de Soweto (Johannesburgo) un oficio religioso por el expresidente.

Luto mundial

Mientras tanto, desde Pekín a Nueva York, pasando por Londres o París, gente anónima ha rendido un homenaje alhéroe que demostró que "un hombre puede cambiar el mundo". En los confines de China, en la provincia central de Hunan, estudiantes depositaron flores ante una foto delprimer presidente negro sudafricano en el campus de Hengyang. En Francia, en un colegio de las afueras de París bautizado Nelson Mandela, los profesores hablaron de su desaparición "con los alumnos que no hablan de otra cosas desde esta mañana", dijo el director adjunto del establecimiento Xavier Houdot. "Este tiempo de intercambios concluyó con un minuto de aplausos", contó.En la mayoría de los casos, han sido las embajadas sudafricanas las que sirvieron de lugar de recogimiento como en Pekín, donde inmensas coronas de flores flanqueaban dos inmensos retratos en negro y blanco del infatigable luchador por la justicia, muerto el jueves a los 95 años.

En Londres, ante la embajada que sirvió de punto de encuentro durante años de los opositores del régimen racista del apartheid, sudafricanos de todos los orígenes, entonaron un canto tradicional. Mandela "evitó una guerra civil en Sudáfrica a principios de los años 90, y pienso que logró esta hazaña gracias a su capacidad para perdonar y olvidar el pasado por el bien del país", dice Shiraaz, uno de los sudafricanos que danza y canta."Hoy, ¡hay tantos sectores donde se puede seguir su ejemplo!, exclama.Centenares de personas, algunas envueltas en pañuelos con los colores del país, hacen fila en el frío para firmar un libro de condolencias, en el que el primer ministro David Cameron rindió un homenaje un poco antes al "hacedor de paz". Los mensajes también se acumulan en la acera frente a la embajada. "El padre de África", se puede leer en una foto enmarcada de Mandela. "Gracias por los sacrificios que hizo por nosotros", escribió otro desconocido. En el Parliament Square donde se erige una estatua de bronce de Mandela frente al parlamento, otro anónimos rinde homenaje al que "mostró al planeta que un hombre puede cambiar el mundo".

«Es leyenda»

"Nelson Mandela es probablemente la única persona que puede ser calificada con toda justicia de leyenda por todo lo que ha hecho. Logró unir a un pueblo profundamente dividido", dice a la AFP Harry, un habitante de Edimburgo (Escocia). "Mi momento preferido fue en la Copa del Mundo de Rugby en 1995 cuando Mandela entregó el trofeo (a los Springboks) vistiendo la camiseta del equipo sudafricano. Es un momento que inspiró a cualquiera, independientemente de sus orígenes", estima. Maeve, de Johannesburgo, que trata de contener las lágrimas, admiraba al hombre "lleno de amor y perdón". "No puedo imaginar a nadie que pueda igualar un día su estatura. Fue único en su género", dice. El sábado, los estadios de fútbol de la Premier League observarán un minuto de silencio en homenaje a Mandela, el hombre que utilizó al deporte para dejar KO al apartheid, el régimen segregacionista.En Ucrania, donde la oposición reclama la salida del presidente Viktor Yanukovich tras su marcha atrás a la integración europea por presiones de Rusia, un manifestante de 58 años, homenajea a Mandela, "símbolo de democracia y de igualdad entre todas las naciones y todas las razas". "Fue un gran personaje, nosotros le respetamos". En Canberra, desconocidos depositaron flores en el césped de la embajada sudafricana. Al igual que en Bruselas. En Nueva Zelanda, el museo de la guerra de Auckland se vistió con los colores de Sudáfrica: verde, rojo, azul, amarillo, negro y blanco. En Nueva York, en el Times Square, en las pantallas luminosas mensajes anunciaban la muerte de un "hombre verdaderamente grande". Y en París, el ministerio de Relaciones Exteriores desplegó una impresionante foto de un sonriente Mandela, que saludaba con la mano.

EL CORREO:Agur,Madiba

"Además de la vida, una constitución fuerte y una conexión a la familia real tembu, lo único que mi padre me dio al nacer fue un nombre: Rolihlahla". Dejó escrito Nelson Mandela (Qunu, 1918-Johannesburgo, 2013) en 'El largo camino hacia la libertad', su autobiografía. Una denominación que bien describe su potente personalidad, ya que en xhosa –uno de los once idiomas de Sudáfrica- significa "quien tira de la rama del árbol". Y es que hasta que el cuerpo aguantó mantuvo un carácter combativo que le costó 27 años de cárcel.

"Durante nuestra infancia no nos faltaba qué comer, aunque no teníamos posesiones. Cuando nuestro padre estaba a punto de fallecer, le dio sus ropas a Nelson para que pudiera ir al colegio", recordaba Mabel, su hermana, sobre su infancia. Pero todo cambió tras quedarse huérfano. Con nueve años, el jefe del poblado le acogió en su casa para formarle como futuro líder y le narraba historias sobre la resistencia ante los colonizadores. No sabía que así estaba prendiendo la mecha de la rebeldía.

Podía haber aguardado a su destino y heredado el control tribal. Eso no iba con su carácter "alborotador" (la traducción más coloquial de Rolihlahla). Empezó a estudiar Bellas Artes en la Universidad de Fort Hare y fue expulsado por participar en las protestas contra el ‘apartheid’ (la segregación racial). Mientras trabajaba como policía en Johannesburgo consiguió graduarse por correspondencia y cuando terminó la carrera de Derecho abrió el primer bufete regentado por abogados negros.

Lideró las juventudes del Congreso Nacional Africano (CNA) y fue encarcelado en varias ocasiones por oponerse al dictado del hombre blanco (los afrikaner). Tras la ilegalización de su partido, Mandela salió de Sudáfrica para dar a conocer la situación del país. A su vuelta fue juzgado y sentenciado a cadena perpetua por los cargos de incitación a la violencia, salida ilegal del país y sabotaje.

Preso 46664

Durante más de un cuarto de siglo, entre los muros de la prisión de Pollsmor en la isla de Robben creció un futuro icono de la paz y la equidad. El Gobierno sudafricano seguía considerando un terrorista al reo 46664, mientras que la comunidad internacional presionaba para conseguir su puesta en libertad. El 11 de febrero de 1990 por fin fue excarcelado.

"Creemos que el futuro de nuestro país solo puede ser determinado por un cuerpo democráticamente electo sobre bases no racistas. El propio señor (Frederik) De Klerk es un hombre íntegro", aseguró Mandela pocas horas después de abandonar su confinamiento. Halagos al entonces presidente de Sudáfrica, que había sido elegido por sufragio censitario como líder del régimen que le había mantenido entre rejas.

Mientras la violencia se adueñaba del país. 'Madiba' (el título honorífico otorgado a los ancianos de su clan) trató de concienciar a sus correligionarios de que la violencia ya no era la solución para acabar con el "apartheid'. "Este es mi mensaje para todos los implicados en esta batalla fraticida: coged las pistolas, los cuchillos y los machetes, y tiradlos al mar". Sus intentos dieron frutos y no tuvo lugar la guerra civil que muchos temían. Los afrikaners ya no eran sus enemigos, sino sus compañeros de democracia.

Esa postura le sirvió para ser galardonado con el Premio Nobel de la Paz de 1993 junto a Frederik de Klerk. Un año más tarde ganó las elecciones y se convirtió en el primer presidente de raza negra en la historia de Sudáfrica. "Nunca, nunca, nunca jamás sucederá que nuestro hermoso país vuelva a experimentar la opresión de unos sobre otros", subrayó en su discurso de investidura.

En 1999 abandonó el poder político, pero siempre se ha mantenido como referente de la paz y la justicia en África. Ha luchado contra la erradicación del sida y la pobreza. Su última aparición pública fue el 11 de julio de 2010, antes de la final del Mundial de fútbol celebrado en Sudáfrica. Su salud ya estaba muy deteriorada, pero no podía borrar su sonrisa al ver que aquel país poco tenía que ver con el que se había encontrado a su salida de la cárcel.

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