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USTED ESTÁ ACREDITADO.A darlo todo.

ESTEFANIA JIMÉNEZ
Sé que no es necesario que les recuerde que estamos en plena Aste Nagusia. Y una, bilbaina con alevosía y ensañamiento, no perdió la oportunidad de ver el especial Euskadi Directo en ETB2 del sábado 20 que, con todo el despliegue de medios que exige la ocasión, dio cuenta del pregón de fiestas y del txupinazo inicial. Lo sé: es difícil innovar en la retransmisión de un evento de este tipo. Vimos a un par de reporteros con las autoridades y las celebridades locales, imágenes del animadísimo ambiente pre-fiestas, conexiones desde una muy oportuna terraza, y una correcta Adela González comandando el equipo desde el estudio con esa sonrisa que, por cierto, lo mismo le vale para unas fiestas que para un descosido. La retransmisión del inicio de las fiestas ni sorprende ni decepciona. Y este año ha sido líder de audiencia en su franja: 16,3%.Dos momentos televisivos: el primero, un animado Iñaki Azkuna arrancándose en directo cantarle un bolero a una de las reporteras desde el foyer del teatro Arriaga -por imprevisto-; el segundo, la retransmisión del bertso-pregón de Kirmen Uribe -por razones obvias-. Con lo que no puedo es con las intervenciones chabacanas y la relajación del lenguaje a la que, forzosamente, ya estamos demasiado acostumbrados. Lo siento, pero un reportero no puede usar esa horrible frase hecha y resobada del “darlo todo” una y otra vez como si no costara. La televisión no debería contribuir a empobrecer nuestras expresiones, y lo que no vale para tertulianos groseros o para tronistas de Mujeres y hombres y viceversa, menos incluso debería valer para profesionales de la comunicación.Durante las fiestas de Bilbao el ritmo de trabajo en Euskadi Directo parece frenético, pero no se apuren: a lo largo de toda la semana sus responsables tienen la certeza de que encontrarán temas, personajes y situaciones como para dotar de contenido a muchos minutos al día. Por eso, con los medios y el personal con el que cuentan, no entiendo por qué recurren al “ponga una cámara en su vida”. Si los vascos tuviésemos la gracia que los gaditanos exudan sin complejos en cualquier Ola, ola, quizá incluir testimonios ciudadanos podría tener interés. Como no la tenemos, salvo contadas excepciones, las piezas en las que divertidísimas reporteras le plantan la cámara con agresividad y porque sí al primero que pasaba por ahí se convierten en huidas de señoras espantadas -por el día- y coros de borrachos -por la noche-. La frontera entre el desparpajo y la impertinencia tiende a ser borrosa…
El reporterismo callejero es un arte. Que no tiene nada que ver con preguntar al organizador de un evento delante de la cámara a qué hora empezará el mismo porque para eso ya está el programa de fiestas y la locución en off. Tampoco tiene que ver con lo que hacía noche tras noche hace varios años David Gallardo, concursante vizcaíno de Gran Hermano metido a hostelero y fichaje estrella de Joseba Solozabal: preguntar al primero que pasaba si después de ver los fuegos iba a “echar un cohete”. También con Solozabal, en Telebilbao, se curtió Soraya Vegas, incorporación de Euskadi Directo para estas fiestas que, saltándose a la torera varias leyes sintácticas, el sábado no dudaba en preguntar al público, micrófono en mano y cual animadora de hotel en Benidorm, “qué ropa la pondrías, a la Marijaia”. Qué nivel, Maribel.

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