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USTED ESTÁ ACREDITADO.Vaya U-12 en EH.

USTED ESTÁ ACREDITADO.Vaya U-12 en EH. MAUDILI PRIETO
Una de cal,otra de arena y un colofón final para rematar el día del Pilar,empeñado en ser llamado de La Hispanidad o del respeto a los muertos en el Valle de los Caídos.En primer lugar,me voy a Iruñea,que estuvo teñida de verde, color escogido por Independentistak para simbolizar la esperanza por conseguir un Estado vasco independiente.Esa marea verde,sin embargo,también se tiñó de azul cuando 6 furgones de la Policía española colocadas al comienzo de la manifestación, y otras cuatro al final, vigilaron a la multitud abertzale a lo largo de todo el recorrido, con los agentes marchando a pie a poca distancia de la pancarta que abría la marcha.Tasio Erkizia, Joseba Permach, Txelui Moreno, Pello Urizar, Maiorga Ramírez, Rafa Larreina o Koldo Amezketa, pero ninguna cara conocida de Aralar.También se pudo ver a Paula Kasares, parlamentaria de Nafarroa Bai.La pancarta que abría la marcha iba portada por miembros de la red Independentistak, seguida de ikurriñas y banderas de países sudamericanos que celebraban su independencia del imperio español. «Hoy no celebramos el Día de la Hispanidad ni el Día de la Guardia Civil. Estamos aquí para celebrar la libertad de todos los pueblos del mundo», afirmó Txutxi Ariznabarreta antes de comenzar lo que fue una fiesta.Entre cánticos e irrintzis, los manifestantes llegaron hasta la Plaza Príncipe de Viana, donde giraron para dirigirse hacia la Plaza del Baluarte. La veintena de policías españoles que marchaba a pie en cabeza de la marcha se encontró entonces de frente con los manifestantes, separados por la mediana. Fue allí donde se produjeron los únicos momentos de tensión. Los agentes recibieron una gran pitada y arreciaron los gritos de «Alde hemendik, utzi pakean», e incluso algún manifestante intentó enfrentarse físicamente con ellos. La calma volvió cuando los agentes giraron.El discurso se basó en las expresiones de Maite Aristegi,que dijo que «mientras algunos celebran el Día de la Hispanidad, que no es otra cosa que el día del imperialismo español, el día de la dominación de los pueblos, el día de la uniformización cultural. Una fecha que supuso el comienzo de la destrucción de culturas, la usurpación de tierras, la explotación y casi exterminio de los pueblos originarios», afirmó Aristegi antes de saludar de forma especial a todos los vascos nacidos en Uruguay, México, Bolivia, en el pueblo mapuche, en Chile, Nicaragua, Argentina, Cuba, Ecuador, Perú, Colombia y otros países que se independizaron.Por su parte,Txutxi Ariznabarreta, por su parte, se dirigió a todas las personas que han llegado a Euskal Herria desde otras tierras y les animó a participar en la construcción de la República Independiente Vasca. «Aquí no sobra nadie», remarcó en su inter- vención, interrumpida en varias ocasiones con fuertes aplausos y gritos de «Independentzia» y dejó claro que «nosotros no queremos imponer la independencia, sino que el pueblo decida», y contrastó esta actitud con los nacionalismos español y francés, que «se cierran permanentemente en la imposición de su identidad y en la negación del derecho a decidir de los pueblos».«Nosotros estamos dispuestos a respetar la decisión de los ciudadanos vascos, ¿pero están dispuestos los nacionalistas españoles y franceses a respetar la decisión libremente tomada por nuestro pueblo?», se preguntó.
Pero hay más.Y es que Venezuela,que ya plantó al Estado español en su desfile militar,ha decidido aceptar la petición de ser investigado hecha por Arturo Cubillas, ciudadano vasco que tiene la nacionalidad venezolana. Cubillas ha sido señalado reiteradamente por la Audiencia Nacional como el enlace de ETA en el país caribeño, y en el auto de prisión contra Xabier Atristain y Juan Carlos Besance se le sitúa como el responsable de los presuntos entrenamientos militares clandestinos. Se afirma incluso que cuando había algún problema Cubillas enseñaba un «salvoconducto» con carácter oficial, lo que supone una acusación muy directa para el Gobierno de Hugo Chávez.Según fuentes de información que han llegado a esta revista,Atristain y Besance dieron cuenta de graves tormentos aplicados para que efectuaran ciertas declaraciones. Besance afirmó incluso que le habían obligado a memorizarlas. Ambos refirieron la aplicación insistente de «la bolsa», que hizo que perdieran el conocimiento dos veces uno y tres el otro. También relataron que fueron golpeados, envueltos en goma espuma o sometidos a contrastes brutales de temperatura: Besance narró que fue introducido en una habitación a la que denominaban «el frigorífico», y Atristain, que le lanzaron cubos de agua fría.La decisión del gobierno de Chávez,a instancia de Cubillas,de emprender su propia investigación supone un paso adelante. Hasta el momento, se había limitado a insinuar la posibilidad de torturas a través de su embajador en Madrid, en un momento en que ni siquiera se conocía qué había pasado en los calabozos de la Guardia Civil. Bastó aquella declaración ambigua para que el Gobierno del PSOE interviniera al máximo nivel: su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, exigió una rectificación a Venezuela, y otros como el de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, intentaron rebajar la polémica por la acusación de la Audiencia Nacional afirmando que se daban por satisfechos con el desmentido y la actitud del Gobierno Chávez.Sin embargo, esto no ha satifecho al PP vasco,que saltó rápidamente a la palestra para exigir que el Ejecutivo Zapatero lidere «una ofensiva diplomática» para acabar con «el refugio de ETA». En una nota firmada por el parlamentario en Gasteiz Carmelo Barrio, se afirma que Venezuela es un «Estado gamberro» que «sólo cederá a presiones internacionales».Y la guinda del pastel la encontramos en la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional española,que juzgará a partir del 11 de noviembre a Arnaldo Otegi, Joseba Álvarez y Joseba Permach por participar en el acto que tuvo lugar el 14 de noviembre de 2004 en el Velódromo de Anoeta para presentar su propuesta para la resolución del conflicto.La Fiscalía reclama 18 meses de cárcel y doce de inhabilitación para los tres dirigentes independentistas, a los que acusa de "enaltecimiento del terrorismo".El Foro de Ermua, que ejerce la acusación popular, pide cinco años de prisión y 20 de inhabilitación por ese mismo delito y por "desobediencia", "reunión ilícita" y quiebra de medidas cautelares.A pesar que el acto era un intento pacificador,se considera una exaltación del terrorísmo.Con motivo del juicio, Arnaldo Otegi ha sido trasladado a la cárcel de Navalcarnero desde Logroño.
(Argazkia:ETA-ren laguntzaileak).

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