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KOPAKO FINALA:ROMPIERON EL SUEÑO,PERO BETI ZUREKIN ATHLETIC!

KOPAKO FINALA:ROMPIERON EL SUEÑO,PERO BETI ZUREKIN ATHLETIC! ATHLETIC 1 - BARCELONA 4
ORAIN ALDIZKARIA | VALENCIA
Se acabó el sueño. Y lo hizo de la forma más dolorosa. Porque el Athletic perdió la final por la que llevaba suspirando un cuarto de siglo y lo hizo con contundencia, a manos de un Barcelona que sufrió durante media hora, pero que se recreó durante los sesenta minutos restantes para acabar goleando a los bilbainos. Meses de emoción y euforia quedaron reducidos a lágrimas.Y, sin embargo, muchos recordarán el de ayer como un gran día. Este Athletic no tomó el relevo de aquella plantilla campeona y Toquero sólo pudo convertirse en el nuevo Endika durante algunos minutos, pero una nueva generación de aficionados tomó el testigo de sus padres. Miles de rojiblancos que ya no tienen que recurrir a anécdotas mil veces escuchadas y fotos descoloridas para sentirse parte de un gran equipo. Que lo son, y parte imprescindible. Porque ayer, elevando el tópico a su máxima expresión, no jugaron once rojiblancos. Lo hicieron los 35.000 leones que se desplazaron a Valencia y los miles y miles que se quedaron en la retaguardia.Lamentablemente, no fue suficiente. El Barcelona tiró de su famoso rodillo para superar por completo a un rival que, durante demasiados minutos, se limitó a aguantar el chaparrón, impotente ante, ayer lo fue, el mejor equipo del mundo.Y eso que el partido comenzó de forma inmejorable, con los vizcainos encerrando a su adversario -había que ver los problemas de Pinto para sacar de puerta-. Durante casi media hora, el Barcelona fue un espejismo del que ha maravillado al mundo del fútbol durante los últimos meses. El Athletic, por el contrario, fue exactamente el que se esperaba: presionante, batallador, constante, hipermotivado... E incisivo.Porque a los cinco minutos, los culés recibían el primer aviso, con un servicio espectacular de Iraola y el posterior remate de Toquero, que detuvo Pinto. Casi de inmediato, una gran acción en la que intervino medio equipo culminó con chut de Javi Martínez, que acabó en córner.Y ahí, con ese saque de esquina, a las 22.09, llegó la apoteosis. Gaizka Toquero, no podía ser otro, cabeceó el balón en el segundo palo para que Valencia, Bilbo y Bizkaia explotaran.Veinte minutos duró el éxtasis rojiblanco. Veinte minutos en los que todos los que no se habían atrevido a apostar por el Athletic, temerosos quizá de ser tildados de herejes, comprobaron que, como dice el slogan, «impossible is nothing».Pero la fiesta acabó en dura resaca, que empezó a tomar cuerpo a la media hora, cuando una jugada personal de Touré Yayá restablecía el empate en el marcador. Un gol con el que acabó el partido. A partir de ese momento, todos los problemas que había padecido el Barcelona se trasladaron al bando bilbaino, multiplicados a la enésima potencia. Joaquín Caparrós se desgañitaba en la banda y la afición lo hacía en la grada, pero el Athletic fue presa de un bajón insospechado. Incapaz de sujetar el balón durante poco más que unos segundos, el equipo rojiblanco acabó prácticamente por desaparecer.Si el cocktail se completa con un Barcelona dispuesto a hacer historia y ofreciendo su mejor versión de las últimas semanas, el resultado es evidente: al Athletic acabaron cayéndole cuatro e incluso pudieron ser más.A los diez minutos de la reanudación, Messi aprovechaba un rechace para hacer el 1-2 y, casi de inmediato, Bojan daba el golpe de gracia a su rival al culminar un contragolpe con un golazo. Con el Athletic definitivamente hundido, los catalanes se recrearon e incluso pusieron la puntilla, a media hora del final, con un golazo de Xavi.A partir de ahí, fue tiempo de lágrimas. De satisfacción por parte blaugrana y de impotencia por el lado rojiblanco. Pero también de orgullo. Porque la afición reconoció el esfuerzo a su equipo y, sobre todo, el equipo sintió el ejemplo de su afición, que apoyó con tanto ahínco -incluso con el encuentro acabado- como admitió el triunfo de su rival.
IRITZIA: Nos ganaron, ¿y qué? POR JOSERRA CIRARDA
NOS ganaron, ¿y qué? El Barcelona se llevó el título de Copa porque es el mejor equipo del mundo. Así hay que reconocérselo a Pep Guardiola y sus hombres. Cuando apretaron el acelerador, en el primer cuarto de hora de la segunda mitad, demostraron por qué están a punto de lograr la triple corona. Ya tienen su primer título. El domingo, posiblemente, remachen la Liga. Y dentro de dos semanas aspiran a coronarse en Liga de Campeones que les enfrentará al Manchester United. Nos ganaron, ¿y qué? Dicen los veteranos que para ganar títulos, primero hay que disputarlos. Iribar también cayó en su primera final, pero aquel Athletic jugó dos finales más en los tres años siguientes. Y es para lo que se deben conjurar los leones. Para que la próxima temporada vuelvan a tener la oportunidad de llevar a miles y miles de aficionados a la ciudad que acoja la final. La pongan donde la pongan. Para enjugar las lágrimas que corrían por las mejillas de Iraizoz, de Koikili, del incombustible Toquero, de Joseba Etxeberria y de tantos y tantos aficionados anónimos que no pudieron ver a El Gallo levantar esa Copa que ahora disfrutan en el Camp Nou. Nos ganaron, ¿y qué? El golazo de Gaizka Toquero nos hizo disfrutar durante veinte minutos en los que tocamos la gloria con la punta de los dedos. Minutos que sirvieron para demostrar que la filosofía, única en el mundo, puede seguir vigente pese a leyes Bosman y globalizaciones. Quizás no podamos competir con el talonario, pero nuestros rivales tampoco podrán nunca poner punto final a nuestro sentimiento. Nos ganaron, ¿y qué? Demostramos nuestra categoría en las gradas, a pesar del energúmeno que alcanzó a Alves, pero que fue rápidamente identificado y detenido. Nos ganaron, ¿y qué? El Athletic también salió triunfador de Mestalla. Y lo hizo por la pasión que arrastró desde la orilla del Turia hasta el último rincón de Bizkaia. Desde los más mayores, los que conocieron aquellas finales de antes de la guerra, hasta los más jóvenes, los que sólo conocían de oídas lo que es un Athletic campeón. Ahí estuvo la goleada de los leones. En la nueva simiente que sembraron entre la juventud. Entre esos chavales que ayer inundaron ikastolas, escuelas y colegios con camisetas rojiblancas, en los miles y miles de adolescentes que hicieron un alto en sus estudios para colapsar todas las pantallas gigantes. Ése es el gran triunfo del Athletic. El que nadie le podrá arrebatar. El que seguirá nutriendo su cantera y sus gradas. El que seguirá manteniendo vivo su sentimiento. El que avala su pasado, nutre su presente y garantiza su futuro. Nos ganaron, ¿y qué? Nosotros, el Athletic, también somos campeones. Beti zurekin, Athletic, beti zurekin.
LO QUE DICEN CAPARRÓS Y GARCIA MACUA. "Gracias, gracias, gracias". No pudo decir mucho más Joaquín Caparrós en la rueda de prensa posterior a una dura derrota en la que tenía muy pocas ganas de hablar y los periodistas muy pocas ganas de preguntar. El técnico del Athletic era la viva imagen de la decepción y sus primeras palabras fueron para la afición, cuya respuesta fue espectacular y a la que sólo alcanzó a pedirle un sonoro "perdón de parte de todos los jugadores, todos los técnicos y todos los médicos y gracias por el enorme esfuerzo y respaldo que nos han brindado". Caparrós tenía claro que el Athletic había perdido la final ante "el mejor equipo del mundo, actualmente". "Nos hemos puesto muy bien en el marcador, nos hemos adelantado como queríamos, pero este Barcelona es un equipo con muchísimo talento y, por tanto, con mucho fútbol en sus botas".

El entrenador utrerano quiso otorgar todo el mérito del resultado de la final a la labor del equipo de Pepe Guardiola. "Por supuesto, no hay duda. El Barcelona está demostrando no sólo en nuestra Liga, sino también en la Liga de Campeones, que está a un nivel superior a los demás. Tiene futbolistas de un nivel enorme y una calidad tremenda", insistió. Se le preguntó a Joaquín Caparrós por el estado del vestuario del Athletic y, como es lógico, su respuesta fue muy explícita. "Los jugadores están muy, muy jodidos", aseguró el técnico andaluz. El de Utrera sólo pudo lamentar el desenlace porque "teníamos mucha ilusión, estábamos convencidos de que podíamos lograr el título, aunque también éramos conscientes de que iba a ser muy díficil porque nos enfrentábamos a un grandísimo equipo". Por su parte,el presidente reconoció que el Barcelona fue "superior". "El deporte es así y esta final ha sido un sueño. Hay que estar orgullosos del equipo y de la afición y hay que hacer un balance positivo de la temporada e intentar que esta final no sea una excepción", declaró.
LO QUE DICEN LOS JUGADORES: "Hay que agradecérselo a toda la afición"
Los jugadores rojiblancos se mostraron consternados pero orgullosos tras haber conseguido plantar cara al Barça. "Debemos ir con la cabeza bien alta", explicó Fernando Llorente. Con el pitido final, Gaizka Toquero se desplomó en el campo. Mestalla era un campo lleno de jugadores rojiblancos deshechos en el suelo. "Es una pena que no hayamos podido llevar la Copa a Bilbao. Lo hemos intentado, pero al final no ha podido ser", comentó consternado el gazteiztarra. Y es que después de iniciar el partido con un gol de cabeza, el dos del Athletic se mostró muy dolido por la derrota. "Cuando he marcado se nos ha puesto toda la final de cara. Teníamos el uno a cero a nuestro favor, pero hemos perdido porque teníamos que perder", dijo Toquero. Tras el gol inicial, los azulgranas comenzaron a jugar a otra velocidad. "Con el 1-3 en nuestra contra ya éramos conscientes de que se nos escapaba la Copa. Cuando ha empezado a tocar bien el Barça han demostrado que eran muy superiores, lo refleja el 1-4 final", explicó el delantero. Pero al jugador de Gazteiz no se le escapa la vitola de ídolo que tiene en Bilbao. Lo demuestra la cantidad de cánticos a su favor y a favor del club rojiblanco. Esta final es una gesta. "Sentimos haber perdido esta oportunidad. La verdad que lo único que podemos hacer es agradecer al público todo el apoyo que nos ha dado. Intentaremos pelear y competir igual que este año para dar una alegría a Bilbao", finalizó el gazteiztarra. Por otro lado, destrozado y cabizbajo andaba Joseba Etxeberria. El capitán estaba ante una oportunidad grande de redondear su paso por el Athletic, pero al final no pudo ser. Al finalizar los 90 minutos, el de Elgoibar rompió a llorar. "El Barcelona fue un justo vencedor, pero es una espina que queda clavada. Sentía que era mi momento soñado y no ha podido ser", dijo el delantero. Para el 17, que se encuentra ante una de sus últimas temporadas en el club, fue un golpe muy duro una derrota así. "Con el pitido final, perdiendo 1-4 y todo lo demás, se me ha venido el mundo abajo", comentó el guipuzcoano, "ahora solamente debemos dar las gracias a toda la afición, porque nos ha apoyado y ha estado con nosotros durante todos estos días", terminó. Otro de los más afectados por la derrota fue Fernando Llorente, pero se mostró optimista. "Somos un equipo joven que seguro que vamos a poder llegar a más finales", espetó el nueve rojiblanco. La grada se llevó los mayores elogios por parte del de Rincón de Soto. "Estamos realmente orgullosos de la afición que nos ha estado apoyando, tanto aquí como en Bilbao", manifestó el delantero. "Es muy triste haber perdido tras habernos puesto por delante en el marcador, pero ahora debemos de levantar la cabeza. Además, hay que felicitarles porque ellos han sido mejores", acabó orgulloso Llorente.
COMO SE VIVIÓ EN LA CAPITAL DE BIZKAIA.Maudili Prieto. Y le dirá el aita a su niña que vivió la primera final del Athletic -de las muchas que vinieron después- del siglo XXI. Le contará que estuvo viendo al equipo rojiblanco en una final después de 25 años, que fue la primera que él pudo disfrutar. Él, que formaba parte de la generación del mp4, del messenger, del tuenti, de la que creció en una espiral silenciosa de éxitos. Le resumirá que fue un partido en el que se enfrentaban al mejor equipo del mundo y que lo demostró con creces. Le explicará que todo un país se volcó de una manera que escapaba al raciocinio porque era puro sentimiento. Le comentará que estuvieron viendo el encuentro en vivo y en directo, pero a 633 kilómetros de donde se disputaba. Le confesará que estuvo en San Mamés y que las emociones invadieron cada recoveco de su cuerpo. Sí, que vio la final en su campo porque la BBK cocinó un escenario con la receta de la fascinación. Y es que al ambiente que se respiró ayer en La Catedral fue extraordinario. Dentro de años, décadas, todo el mundo sabrá qué hizo el 13 de mayo de 2009, dónde vio un histórico partido, cómo fue esa jornada sensacional. Y las seis pantallas gigantes, las 35.000 voces, las actuaciones musicales, los sorteos, la fiesta, en definitiva de San Mamés quedará perpetua en las almas de los que allí estuvieron presentes. A pesar de la contundente derrota, sí. Jóvenes, en su mayoría, que adornaron el feudo rojiblanco y sus extensibles aledaños como si del día más grande de Aste Nagusia se tratara. Pero era el día grande del Athletic. También algún veterano, alguno que ya había paladeado otros momentos que se estancan en la memoria. Perpetuos. El Mentón de Fogarty, la Mala Rodríguez y el animador descontaban los momentos previos a la gran final. Instantes de nervios que fueron apaciguados por la música y los cánticos de apoyo a los hombres de Caparrós. Y para que nadie se perdiera, en la entrada se repartían pequeños libretos con todas las letras de las canciones. Un espectáculo que incluyó sorteos de 100 cámaras de fotos y dos abonos del Athletic para la próxima campaña. Papeles blancos y rojos aguardaban en los asientos de cada aficionado, esperaban a que los conductores del evento, inédito, dieran la orden de formar un mosaico. Y la dieron. Y San Mamés quedó fragmentado en franjas rojas y blancas. Precioso. A las 21.00 horas, cuando las agujas del reloj se adentraban en su última vuelta, globos con los colores protagonistas emprendieron su viaje hacia el cielo, y con ellos volaron los deseos de los seguidores bilbainos. Un saludo especial de Pepe Domingo Castaño desde la Cadena SER, encargada de retransmitir el partido, suponía ya el descuento para el inicio del choque. La noche ya había caído y la magia de San Mamés esperaba para ser esparcida. Las luces iluminaban La Catedral y la instantánea era de enmarcar. Un campo engalanado como en las mejores citas se preparaba con el cosquilleo en el estómago de todos los asistentes. Y el duelo empezó y lo hizo de la mejor manera posible. Tras un saque de esquina botado por Yeste, Toquero remató de cabeza al interior de las mallas. 1-0. Locura. Éxtasis. El tanto del gasteiztarra fue celebrado por todo lo alto porque encima era el gol del lehendakari. Desenfreno. Felicidad máxima que duró más de veinte minutos, cuando llegó el empate de Touré, entonces el ánimo mermó, pero la hinchada seguía eufórica, como si sus jugadores la escucharan. Tras el descanso y el pertinente bocata, llegó un segundo tiempo que embajonó a la afición. El Barça se lució y se llevó la Copa. Pero los fieles rojiblancos no cesaron en su apoyo: "Athletic, beti zurekin". Fidelidad. Una nueva noche mágica en San Mamés. bilbao. De San Mamés a la Plaza Nueva pasando por García Rivero, Pozas, La Casilla, El Arenal, Santutxu... Todos los caminos de Bilbao llevaron ayer a alguna pantalla de las 22 sorteadas por la ciudad desde las que se pudo disfrutar y sufrir el partido. La ciudad se puso al rojo vivo. Más que nunca, se puede decir que la gente tomó la calle. Mucho antes de que comenzara el partido una serpiente rojiblanca se dividió entre los que peregrinaban hasta La Catedral, los que se quedaban en el centro y los que apuraban para llegar hasta el Casco Viejo. Todos al alirón del grito, Athletic txapeldun. Uniformados con bufandas, pañuelos y boinas e impregnados de un sentimiento de pertenencia a un grupo que despierta en los ciudadanos comportamientos casi desterrados por el estrés: chocar los cinco de una niña con coletas rojiblancas, dejar asiento en el metro a un matrimonio anciano (ambos con su pañuelo), pararse con un vecino al que habitualmente sólo saludas... Ese nexo de unión era ayer tan profundo que hasta quien otros días pertenece a otras ciudades y anima a otros equipos, ayer era del Athletic. En definitiva, el partido para la afición fue eso. El resultado en esos casos, hasta pasó a un segundo plano. Ya lo decían los aficionados. Que se lo digan a Ana, hincha de la Real, a pesar de estar en segunda. Estudiante de medicina animaba como la que más y se sentía feliz en esos primeros diez minutos de gloria que pasarán a la historia como el momento en el que todavía el Athletic era campeón. Luego están los incondicionales, los que han seguido todos los partidos y ayer no podían fallar. Dicen que el público suele ir por escenarios, pero el Athletic no discrimina. Por eso, de cero a ochenta años hubo guiños de complicidad en cada rincón de la ciudad. Y aunque cierto es que la alegría se tornó en nervios, desesperación, rabia y en cualquier caso en apoyo incondicional, la jornada fue, si no irrepetible, inolvidable. Es imposible calcular cuánta gente pudo seguir ayer el partido, pero desde luego nadie que estuviera en la calle era ajeno al encuentro. Para calentar motores se prepararon desde primeras horas de la tarde diferentes atractivos. Desde luego, a ritmo de la salsa de Melendi el nutrido grupo de gente que se congregó en torno a las dos pantallas gigantes de El Arenal entraron en juego, calentitos, calentitos. Eran tantos los que eligieron ese particular campo digital, que el partido se seguía más a golpe de sonido que de visión. El gol, el primero del Athletic, fácil de identificar: Bilbao entero rugió. Fuegos artificiales, pitadas... el resto de jugadas, cada uno su sonido onomatopéyico, pero fácil de identificar incluso para los profanos del fútbol, porque los había muchos. Lo de vivimos era más que un partido. Que se lo digan a los que arriesgaban el tipo subidos en los andamios del edificio del antiguo Café Boulevard. Hasta el cuarto piso llegaron. Menos mal que las velas y flores de la Amatxu de Begoña, que pusieron por la mañana los aficionados sirvieron, al menos, para que de la emoción y la desesperación no cayera ninguno. Sirvieron también para que todos los que subieron a las marquesinas para ver mejor, tampoco cayeran al vacío. Bastante con sufrir la derrota como para encima tener más desgracias. Los pronósticos calculaban una fiesta similar a la de un día grande de Aste Nagusia, pero fue más. Todos a una. Campeonatos de futbolín, parrillada y txosnas de Eusko Label. Reparto de pollo label en la Plaza Nueva, todo para calmar el cuerpo que el espíritu es más difícil tras el resultado. Pero, antes del encuentro... pues todo una fiesta. A falta de altavoces algunos utilizaban los conos de color naranja de las obras para hacer oír su voz y lanzar consignas a favor del equipo de casa. Lo curioso es que la multitud respondía de forma automática. Hoy habrá más de una afonía, como la de los viajeros del jeep descapotable que recorría las calles de Indautxu (habitual lugar de celebración tras los partidos en San Mamés) cantando a voz en grito: Ari, ari, ari. Toquero lehendakari. Las anécdotas se multiplicaban junto a las pantallas: llamadas de teléfono imposibles por el volumen que les rodeaba: "¿Que están dónde?"; encuentros inesperados: "Por Dios. Años sin verte y te encuentro aquí (abrazos de alegría)". María José, Alejandra, Jorge y Claudia no acababan de creerse lo que veían. No se sabía bien si a estos ecuatorianos les gustaba el fútbol, o la fiesta organizada con la excusa del partido. Lo cierto es que a él no le entusiasma este deporte, pero "disfruto de lo lindo". Sólo había que verle saltando cuando nuestro equipo metió gol, desafortunadamente sólo uno.
LA ANÉCDOTA: LAS GILIPOLLECES CATALANISTAS HICIERON “UN ERROR HUMANO” EN TVE
Ya anunciamos que EGI no debería haber apoyado la acción hipócrita de la gente de la Juventud Nacionalista de Cataluña (JNC),cachorros de Convergència,ya que ellos,por mucho que quisieran con una txartela que mostró ORAIN que se boicoteara el acto del himno español cuando son los primeros que les encanta vivir en dicha miseria. Pues bien,no de los momentos con más morbo antes de que el colegiado del partido diera el pitido del inicio de la final fue la interpretación del himno español. Y no hubo sorpresa. Una amplia mayoría de las aficiones de ambos equipos le dedicó una sonada pitada, algo que también fue extendible al monarca, que cuando llegó al campo junto a la reina Sofía se encontró con el mismo panorama. Mientras ésto sucedía en las gradas del estadio de Mestalla, TVE, una de las cadenas que emitió en directo la gran final conjuntamente con TV3,que,para la Val d´Arán emitió el duelo en occitano,y ETB,que realizó una programación especial combinando sus dos primeras cadenas y conectados con la emisión satélite, protagonizó un hecho sin precedentes en la cadena pública española, ya que en lugar de emitir en directo el himno, optó por realizar conexiones con diferentes puntos de la capital vizcaina y Barcelona. Según informó una portavoz del ente público, el himno no fue escuchado en directo "por un error humano" de algún miembro del operativo. TVE subsanó este error sin precedentes ofreciendo el himno durante el descanso del partido y pidió "disculpas" por este hecho que la portavoz no relacionó con ningún otro incidente a la llegada de los reyes españoles al estadio de Mestalla en Valencia.
UN JOVEN DE GIRONA MUERE TRAS CELEBRAR EL ÉXITO CULÉ Y 45 BARCELONISTAS NO SABEN DIGERIR EL ÉXITO PROVOCANDO GRAVES INCIDENTES EN CANALETES.
Un joven de Girona ha muerto esta noche en la capital gerundense al caer al rio Onyar.El joven,de 25 años,cayó al río por motivos desconocidos pero estaba en medio de las celebraciones por el éxito de los culés ante el Athletic.Se presuponen varios motivos,como el alcohol o la euforia desmedida.Por otra parte,y a diferencia de la gran actitud cívica de los athleticzales que se mostró en Valencia y en Bilbo,la prepotencia que no mostraron Laporta,Guardiola,Xavi y Puyol, a los que cabe agradecer sus muestras de apoyo a Euskalherria,se vió reflejada en los 45 detenidos que hicieron los miembros de la policia catalana en la noche de celebración de los aficionados del Barça,que se celebra tradicionalmente en la Fuente de Canaletes,situada entre la Plaza Catalunya y las Ramblas de Barcelona.Según narra la agencia Europa Press, La celebración de la victoria azulgrana transcurrió en un ambiente festivo y tranquilo, hasta que alrededor de las 2 de la mañana un grupo de unas 300 personas comenzó a lanzar botellas, latas y objetos contundentes contra los vehículos de los Mossos, estacionados en la calle de Pelai. Los concentrados siguieron lanzando objetos, pese a los avisos por megafonía --con un equipo de 30.000 vatios de potencia-- de la Policía para que depusieran su actitud violenta. Este grupo tumbó la valla de seguridad, situado en la confluencia de la calle de Pelai y la Rambla, y lanzó un semáforo y una bicicleta contra la línea policial.Según las mismas fuentes, se produjeron situaciones de alto riesgo con lanzamiento de botellas, pirotecnia y fragmentos de tiestos sobre ciudadanos que participan en la fiesta de forma pacífica y ajena a los incidentes. Los Mossos d'Esquadra recurrieron al lanzamiento de pelotas de goma para dispersar la concentración de seguidores y, pese a que algunas personas se han reagrupado en alguna calle adyacente provocando pequeños incidentes en Paseo de Gràcia o Pau Claris, la situación quedó normalizada sobre las 3 de la mañana.Sobre esa hora, los servicios de limpieza pudieron entrar en la zona de celebración y retirar el mobiliario urbano dañado y la Guardia Urbana pudo restablecer el tráfico de forma escalonada. Hasta las 6 de la mañana, el Servei d'Emergències Mèdiques atenció a 33 mossos y un agente de la Guardia Urbana y 75 participantes en la celebración, ninguno de ellos de carácter grave.Esto contrasta con la paradójica colaboración de los seguidores del Athletic en Valencia cuando un aficionado rojiblanco descerebrado lanzó una lata de refresco al jugador del Barcelona,Dani Alves.

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