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ORAIN KALERA.Más concierto (económico,noski)

MAUDILI PRIETO
Las administraciones vascas y el Gobierno español sellaron en Madrid la reforma del Concierto Económico vasco, cuya esencia, el pacto entre Euskadi y el Estado, recibe un nuevo impulso político. En esta ocasión, la izquierda abertzale se suma al consenso a través de la Diputación de Gipuzkoa gobernada por Bildu, si bien lo hace con un espíritu crítico, para no bloquear un acuerdo que no comparte "ni en el fondo ni en la forma".Sin embargo, el mundo de la ilegalizada Batasuna da con la firma de ayer un paso más en su tránsito hacia la zona templada de la política, el lugar desde el que es posible alcanzar acuerdos con otros partidos. Lo hace obligado por la presión que supone sus responsabilidades de gobierno en el territorio guipuzcoano, pero no por ello el gesto tiene menor valor.Se trata de hecho del primer gran acuerdo cerrado por Gasteiz y Madrid desde que Iñigo Urkullu llegó a Ajuria Enea. La firma engrasa además las relaciones entre los gobiernos que también deben liderar la negociación de tema que ha sido aparcado para facilitar el diálogo, el cálculo del Cupo. En ese frente las diferencias son notables, en torno a 800 millones de euros acumulados durante seis años de desencuentros. Lakua considera que ese dinero debe quedarse en Euskadi y La Moncloa pide que se ingresen en la agencia tributaria del Estado. Aun así, la renovación del Concierto ha reforzado el carácter paccionado del encaje de la CAV en España.La actual situación económica y los problemas de liquidez de la administración pública han limitado el recorrido de la negociación del Cupo. Ahora, el acuerdo firmado ayer se suma al inicio de la recuperación para avanzar hacia un escenario de diálogo con menos tensiones. De momento, no hay fecha para recuperar los contactos, aunque se comparte la necesidad de abordar este año su actualización.El consejero vasco de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria, avanzó que el ministro Cristóbal Montoro se había comprometido en esos términos. El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, confirmó que el Gobierno español tiene la intención de cerrar este año todas las cuestiones vinculadas con la financiación autonómica."Estrecheces económicas sufrimos todas las administraciones públicas", subrayó Beteta, en cuya opinión, acuerdos como el de hoy con el Gobierno vasco transmiten confianza en la economía y en las instituciones: "Es bueno para el desarrollo económico del País Vasco y su engarce en la Constitución española", apostilló, abriendo la puerta a zanjar una cuestión que ni siquiera pudo resolverse cuando los socialistas gobernaban en Euskadi y España.
Los focos estuvieron centrados en gran medida en Bildu. No pasó desapercibida la presencia del diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, que protagonizó una imagen de normalidad sin precedentes. El máximo representante político de la izquierda abertzale no se sintió del todo cómodo, pero aceptó su papel y se sentó en la misma mesa que el ministro del Ejecutivo que se niega a dar el más mínimo paso en materia penitenciaria y que mantiene en el congelador el proceso abierto tras el cese definitivo de la violencia de ETA. También tenía Garitano en frente a representantes del partido que, junto al PSOE, envió a Batasuna al limbo de la ilegalización. Bildu continúa quemando etapas, y lejos de la insumisión que se anticipaba desde algunos sectores políticos está cumpliendo con su rol institucional.Por ello, Gatzagaetxebarria afirmó que el de ayer fue "un día importante". "Los acuerdos reflejan que ha habido responsabilidad por parte de todos", destacó, para felicitarse por la participación también de Gipuzkoa. "Nos congratulamos, es un elemento de responsabilidad, es un poder público con unas competencias", insistió, para subrayar que en política "lo importante es el acuerdo" y que este clima de trabajo "en común" se va a mantener. "Las diferencias se aparcan porque hablamos de cuestiones importantes que afectan a los contribuyentes y a la posición de los contribuyentes ante la Hacienda general, son temas muy serios", manifestó.Garitano, por su parte, aprovechó el interés de la prensa para marcar su territorio político. Así, aseguró que "es la última vez" que la Diputación de Gipuzkoa "acude a esta comisión como grupo interinstitucional". "La próxima vez no vendremos cada uno por nuestro lado, sino como delegación vasca: los temas los acordaremos en Euskal Herria y vendremos para que el Gobierno español acepte lo decidido", afirmó. Lo más probable es que esa próxima vez se produzca a raíz de la firma de un acuerdo en relación al Cupo y las administraciones vascas estarán obligadas a buscar un equilibrio con la española. Aparcando sus diferentes sensibilidades políticas, los tres diputados generales cerraron ayer filas en torno al Gobierno vasco en defensa de una postura común, y ese es el camino que se impulsará desde el Gabinete de Urkullu.Los primeros frutos se traducen en la concertación de siete impuestos. Entre ellos, el relativo a actividades de juego, que permitirá recaudar a las haciendas vascas el 20% del importe de los premios de lotería, con carácter retroactivo al 1 de enero de 2013, gracias a lo cual la Hacienda guipuzcoana obtendrá 36 millones, una quinta parte del importe del premio Gordo de Navidad que cayó en Arrasate el pasado 22 de diciembre. También se transfieren los impuestos sobre depósitos en entidades de crédito, producción de energía eléctrica, producción y almacenamiento de energía nuclear, hidrocarburos, gases fluorados y actividades de juego.

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