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ARNALDO OTEGI OFRECE DIÁLOGO MIENTRAS LA AUDIENCIA DE GIPUZKOA DETECTA QUE PUEDE JUZGAR EL CASO PORTU SARASOLA

Arnaldo Otegi volvió el dia 29 a Loiola y lo hizo para expresar con solemnidad que «la izquierda abertzale está dispuesta a entrar en un proceso de diálogo, negociación y acuerdo» y mostrar «el compromiso» del independentismo de «intentar hacerlo en los próximos meses».El dirigente abertzale recordó que primero en las instalaciones del santuario que tenía a sus espaldas, y después en otro punto de Europa, tuvo lugar «el intento más serio» de los últimos años para dar una resolución negociada al conflicto. Señaló que en Loiola se reunieron representantes de tres importantes «tradiciones políticas del país» -PSE, PNV y Batasuna- y que en aquellos encuentros «pudimos hablar de todo».Destacó que durante las conversaciones «fuimos capaces de avanzar» (incluso apuntó que se había avanzado mucho), aunque finalmente no pudiera llegarse a un acuerdo.Por tanto, Otegi remarcó que «la izquierda abertzale está dispuesta a retomar lo que se dejó aquí». Para ofrecer una imagen más gráfica, aseguró que «estamos dispuestos a jugar la segunda parte de ese partido».Arnaldo Otegi acudió a Loiola invitado en esta ocasión por Iniciativa Internacionalista-Solidaridad entre los Pueblos, que quiso realizar un acto electoral ante los medios de comunicación en un lugar tan simbólico para demandar que «esas puertas que estuvieron abiertas para el diálogo y para hablar democráticamente, vuelvan a abrirse». Así lo afirmó Doris Benegas, la número dos de esta candidatura de izquierdas.Benegas manifestó que la vuelta a un proceso negociador sería buena para el conjunto de los pueblos que en estos momentos están formando parte del Estado español, puesto que es importante que se produzca un avance hacia la profundización democrática del Estado.La política castellana señaló que «el diálogo no se le puede negar a nadie y menos cuando hay un problema político importante». A la vista de ello, se preguntó «a ver si lo que va a pasar es que [quienes se niegan a dialogar] lo que no quieren es que el conflicto tenga solución».Para mostrar la apuesta de II-SP por la resolución dialogada y negociada del conflicto, la candidatura invitó al acto a Arnaldo Otegi, uno de los protagonistas del último proceso -y que según dijo la candidata «mejor que nadie puede explicar la necesidad del diálogo»-, así como a Eugenio Etxebeste, Antxon, que fue interlocutor en las conversaciones de Argel de 1989. Doris Benegas les agradeció a los dos que hubieran aceptado acudir.El agradecimiento fue devuelto por Otegi, quien señaló que Iniciativa Internacionalista había actuado con más valentía y honradez que muchos partidos vascos y abertzales «dando voz a miles de personas de Euskal Herria».Arnaldo Otegi explicó que, «a pesar de los gobiernos trucados, del Parlamento trucado y de las elecciones trucadas», en Euskal Herria «hay una mayoría social y política que está a favor del diálogo y la negociación para la resolución del conflicto, que exige que se respete su ser nacional y el derecho a decidir».Y ante esa mayoría, la izquierda abertzale -según explicó Otegi- se compromete a que se pueda iniciar un proceso democrático en los próximos meses, En ese camino, el dirigente independentista aseguró que las elecciones del próximo 7 de junio «son la oportunidad de dar un empujón a ese proceso votando a Iniciativa Internacionalista. Para lograr la implicación de Europa en ese proceso y para denunciar ante ella la situación democrática que se vive en Euskal Herria».Arnaldo Otegi terminó su alocución con un «Alfonso eta Doris Europara» que, curiosamente, fue respondido con aplausos por algunos de los turistas y paseantes que se habían ido acercando atraídos por la presencia de cámaras de televisión y una mesa con los intervinientes.Mientras sucedia esto,la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa ha desestimado los recursos de apelación presentados por la defensa de trece guardias civiles que participaron en la detención e interrogatorios da Igor Portu y Mattin Sarasola. Esta decisión de la Audiencia de Gipuzkoa permite por tanto al Juzgado de Instrucción número 1 de Donostia continuar con el procedimiento iniciado contra esos agentes por un delito de torturas y lesiones contra los dos jóvenes lesakarras.La defensa de los agentes del instituto militar recurrió el auto emitido por el Juzgado de Instrucción 1 de Donostia, el pasado 27 de febrero, en el que se acordaba continuar la causa penal por el procedimiento abreviado contra los trece guardias civiles.Las razones esgrimidas por la defensa de los guardias civiles para frenar la causa fue que debían practicarse pruebas testificales y apuntaba además que los indicios con que contaba el juez para acordar la continuación del procedimiento eran «insuficientes».La Audiencia de Gipuzkoa, por su parte, ha ratificado que a la vista de las diligencias practicadas hasta ahora hay «indicios racionales suficientes» para continuar la instrucción de la causa. El auto destaca, además, que las pruebas testificales de los forenses y de Portu y Sarasola, que reclamaba la defensa de los guardias civiles, pueden practicarse en el propio juicio. Y desestima la petición de la defensa sobre la supuesta falta de credibilidad de los lesakarras.Tras la resolución hecha pública ayer, la audiencia da un plazo de diez días a las partes para que soliciten bien la apertura de la vista oral, formulando escrito de acusación, o bien el sobreseimiento de la causa. Asimismo, la acusación cuenta con el mismo periodo de tiempo para practicar diligencias complementarias, en el caso de imposibilidad de formulación del es- crito de acusación.El auto hecho público ayer identifica como José Manuel Escamilla, Jonathan González, Juan Luis González, Miguel Casado, Oliver Pérez y Juan Manuel Alvarez a los guardias civiles acusados de un delito de tortura y otro de lesiones contra Igor Portu. Asimismo, cita a los agentes del instituto armado Sergio Garcia, Sergio Martínez, Germán Fernández, Domingo Prada y Miguel Angel Tudela y los acusa de cometer el delito de tortura, en concurso con una falta de lesiones, contra Mattin Sarasola.En último lugar, el auto se hace eco de la actuación del director de este operativo policial y del agente encargado de la custodia en los calabozos de Portu y Sarasola, que aparecen identificados como Juana Jesús Casas y Juan Carlos Maragoto, y a los que se acusaría de la comisión de dos delitos de tortura, en concurso con un delito y una falta por lesiones tanto contra Igor Portu como contra Mattin Sarasola.El pasado 27 de febrero, el Juzgado de Instrucción número 1 de Donostia decidió transformar las diligencias previas de este caso (66/08) en un procedimiento abreviado para continuar la causa penal contra estos tres guardias civiles.
Igor Portu y Mattin Sarasola fueron detenidos el 6 de enero de 2008 en Arrasate y la alarma saltó apenas unas horas después, al conocerse que Portu había sido ingresado en la UCI del Hospital Donostia con lesiones de gravedad. Según el informe médico, el joven lesakarra presentaba un pulmón perforado, una costilla rota, hemorragia en un ojo y hematomas por todo el cuerpo, además de otras afecciones diversas.
El informe de Osakidetza recogía, además, el relato de Portu sobre el trato recibido a manos de sus captores, en el que refería haber sido golpeado con puños y patadas en la cara, el tórax, el abdomen y las extremidades.Su testimonio, sin embargo, fue aún más crudo cuando declaró ante el juez, a quien dio cuenta de todo tipo de torturas, igual que hizo Mattin Sarasola. Ambos relatos, de hecho, fueron tan parecidos a pesar de estar incomunicados entre ellos que el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska certificó su credibilidad.Igor Portu ingresó en la UCI del Hospital Donostia a escasas horas de haber sido detenido por la Guardia Civil. Presentaba un pulmón perforado, una costilla rota, hemorragia en un ojo y hematomas por todo el cuerpo.Hubo un testigo presencial de la detención que declaró ante el juzgado de Bergara que los arrestos se produjeron sin que los dos lesakarras opusieran resistencia. La versión oficial atribuye las lesiones al momento del arresto.


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