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NI,ZU TA BIOK.Bermeo is the new black

MAUDILI PRIETO
Entre la Guardia Civil en el Juzgado de Bilbo con el caso Estrobo y la suspensión de una licencia de viviendas en San Migel de Bermeo según una juez, lo de Bermeo está empezando a ser más una serie de malvados que un pueblo marinero. Ni el mejor guionista de Goenkale lo hubiera perfeccionado.Pero vamos al caso Estrobo,que es lo que nos centra en esta serie diaria de artículos de esta sección de ORAIN.A la sesión de este miércoles, a la que se ha acercado también José Luis  Korta, personado como acusación particular, y que quiere que "se haga justicia y, por el  bien del remo y por la salud de los deportistas, que se aclare como pasaron  de un Seat 600 a un Ferrari". Entre los testigos que han prestado declaración en esta tercera  sesión se encontraban varios de los agentes que realizaron la  investigación solicitada por la Fiscalía para determinar si había  existido alguna práctica de dopaje en la Bandera de La Kontxa 2010. Según han relatado, para ello, se abrieron varias líneas de  investigación en las que se detectó que el club había recibido en  agosto dos paquetes desde Córdoba --uno de ellos con el entonces  presidente como destinatario y el otro con destino a la sucursal  bancaria donde trabajaba-- "en concordancia" con dos pagos que  realizados en fechas próximas por un importe de 2.400 euros. La remitente era una identidad ficticia que, según se pudo  comprobar posteriormente, correspondía a T.M., la esposa del  excliclista Arenas, que ya reconoció en la primera sesión del juicio  que había remitido al club vizcaíno tres paquetes, uno de los cuales  se perdió, que contenían EPO y Aranex, tras recibir un encargo de  parte de Marcos Mainar. Los agentes de la Benemérita han asegurado que T.M. les relató  que se pusieron en contacto desde  el club para advertirle de que la policía judicial estaba "detrás" y  que "había que buscar alguna coartada" para justificar el envío de  paquetería, tras lo que ella indicó que un familiar suyo tenía una  tienda de bicicletas y se podían "justificar los importes con  facturas" del comercio. 

La investigación además permitió detectar dos pagos en agosto y  septiembre a un número de cuenta de la esposa de Marcos Mainar, así  como dos envíos desde Cáceres desde la Universidad de Extremadura,  donde es profesor, y desde la farmacia de una de las acusadas en el  proceso. Según han indicado los agentes, la farmacéutica M.R., que  declaró que envió el paquete a Bermeo por petición del médico, les  proporcionó un listado de productos suministrados a Mainar, entre  ellos "dopantes", y unos albaranes, entre los que figuraban 23  jeringuillas de insulina. También llamó la atención de los investigadores, en las  averiguaciones sobre las compras del club, la adquisición de "una  barbaridad de Venofix, las mariposas que se compran para tomar  vías". Por otro lado, las intervenciones telefónicas realizadas a los  principales investigados permitieron detectar que usaban "en todo  momento", ante el "miedo" de que podrían estar intervenidas las  líneas, "un código" que "normalmente utiliza una organización  delictiva para que sus conversaciones no sean seguidas por la  policía". En este sentido, han relatado que "en muchas ocasiones"  solicitaban líneas de teléfono o faxes "seguros" y, además, se  enviaban mensajes mediante un mismo correo electrónico compartido en  el que "dejaban las conversaciones escritas en borrador" para que no  hubiese "intercambio de datos". También realizaron dos seguimientos en Burgos y Talavera. En la  primera reunión participaron "el entrenador, un directivo y el médico  Javier Lolo Velarde". En ella, se acordaba "la cantidad de  competiciones que se iba a ganar al año siguiente", de manera que el  directivo quería "ganarlo todo" y el entrenador advirtió de que así  "se llamaba mucho la atención". Los agentes españoles han explicado también que existía "muchísima"  actividad telefónica entre Mainar y Francisco, mientras que la que  mantenía el preparador con el médico oficial del club era  "escasísima". Y es que,según el relato policial,el club txo buscaba "un  médico valiente que sobrepasara la línea de lo legal, como así puso trabas el club para las investigaciones".Una inspectora de Farmacia  y una representante del centro de información del medicamento de  Bizkaia para confirmar que la farmacéutica de cuyo establecimiento  salió la albúmina comunicó lo sucedido en septiembre de 2010 acabaron de minar lo que otros 5 remeros que declararon como testigos no parecen desmontar, a pesar de negar haber sido dopados. Jarraituko du....


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