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NI,ZU TA BIOK (Kirolak).AGUR EUSKALTEL-EUSKADI (eta hiru)

ANER GONDRA,Deiakoa
Agur. Euskaltel-Euskadi empezaba su crónica de la última etapa del Tour de Pekín con un escueto "agur". Se despidió del asfalto, del pelotón, de los aficionados y del ciclismo. La llama naranja se apagó a medio mundo de distancia de su corazón, de sus raíces. La misma globalización que ha terminado por destruir el proyecto naranja, ha llevado al equipo a vivir su último día a 9.000 kilómetros de Euskadi.Pekín ha sido el exótico punto final a dos décadas de proyecto. La quinta etapa del tour asiático ha dejado un sabor amargo en los paladares de corredores y técnicos de Euskaltel-Euskadi. No era una carrera más, era la última y eso deja en un plano lejano el resultado o las vibraciones que la propia carrera haya podido dejar en la bicicleta. Cuando el pelotón se adentró ayer en la capital china, los corredores de Euskaltel-Euskadi se dejaron caer a los últimos puestos del grupo. Se hicieron uno. Buscaron refugio en el compañero y crearon una nube naranja. Era la última vez que iban a lucir en competición el color que habían hecho famoso en el mundo del ciclismo, el que representaba a toda una afición. Y rodaron en silencio.Álvaro González de Galdeano, director del equipo, reconocía al término de la prueba que ese había sido un momento especial. Euskaltel-Euskadi vivió algo similar en la última etapa de la Vuelta a España, cuando el resto de equipos les invitó a coger el mando del pelotón y rodar en cabeza durante la primera vuelta al circuito de Madrid. Fue un homenaje, una manera de sentir el respeto de sus compañeros de profesión, de los aficionados que poblaban los arcenes. Un honor. Pero ayer fue diferente. Los ciclistas del equipo vasco se unieron en la cola, con un nudo en la garganta, para vivir juntos unos minutos que pasarán a la historia por el dolor de una pérdida. Era el final y, como en los finales de los mejores sueños, al abrir los ojos la realidad se presentaba con toda su crudeza. "Querían estar en todo momento juntos para poder llamar la atención con ese color naranja siempre tan llamativo", explicaba Álvaro González de Galdeano.En cuanto a la carrera, Euskaltel-Euskadi terminó satisfecho con su trabajo en China. Apostaron por uno de los jóvenes valores del equipo naranja, Garikoitz Bravo, y este consiguió terminar la prueba de cinco etapas entre los diez primeros. "Estamos contentos por los resultados. Nos hemos situado en el Top Ten final", explicaba Galdeano antes de añadir que, "la apuesta por Garikoitz Bravo ha dado resultado e incluso ha sido segundo mejor joven del Tour de Pekín. En definitiva, hemos acabado con la sensación del trabajo bien hecho".En el cuerpo técnico del equipo naranja todavía les cuesta asimilar que a la vuelta a Euskadi se consumará la desilusión del equipo: "Somos conscientes de que esto se acaba, pero aún no nos hacemos a la idea". Galdeano describe el final de Euskaltel-Euskadi como la defunción de una persona. Su pérdida es ahora una noticia dolorosa, pero el tiempo demostrará el verdadero valor de lo que la estructura aportaba: "Es como cuando hay un fallecimiento, nos acordaremos de él cuando ya no esté, nos daremos cuenta después". A pesar de todo, el director de equipo se congratula al pensar que Euskaltel-Euskadi "ha tenido un final digno" con su victoria por equipos en la última Vuelta a España. Ese último reconocimiento y la foto de todo el equipo con técnicos y auxiliares en el podio luciendo la ikurriña quedará para la historia.La desaparición de Euskaltel-Euskadi es un duro golpe en sí mismo, una pérdida irreparable para cualquier aficionado al ciclismo. Pero la cosa adquiere tintes dramáticos cuando se observa desde el prisma de los corredores que quedan sin equipo de la noche a la mañana. Mikel Astarloza ya ha anunciado que, una vez perdida su piel naranja, ha decidido retirarse del ciclismo activo.Son excepciones los que ya han encontrado acomodo en otras escuadras de cara a la temporada de 2014. Los hermanos Izagirre seguirán pedaleando juntos en Movistar, Mikel Landa, por su parte, ha firmado por el Astana y Mikel Nieve también ha encontrado un hueco en uno de los equipos de referencia en el pelotón mundial, el Sky británico.Pero el calendario corre inexorablemente en contra del resto de ciclistas naranjas. Los equipos, casi en su totalidad, ya tienen dibujados los esbozos de las que serán sus plantillas para el próximo curso y da igual ser una estrella contrastada o una promesa de futuro: seguir en activo es una tarea complicada. Igor Antón afronta una semana que puede ser crucial para fichar por equipos como el Omega-Pharma o Sky. El propio Samuel Sánchez desconoce dónde podrá seguir mostrando su combatividad. Hombres como Egoi Martínez, Gorka Verdugo, Juanjo Oroz, Jorge Azanza, Pablo Urtasun o Rubén Pérez están a la espera de saber cómo superar esta despedida de Euskaltel-Euskadi.

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