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NI,ZU TA BIOK.Por unas tetas nos desviamos todos.

MAUDILI PRIETO
En estas semanas de corruptelas de la política:Bárcenas en el PP,ERE andaluces en el PSOE y Palau de la Música-Ferrovial en Convergència,siempre hay medios que buscan la noticia en otra parte con el objetivo de desviar la atención y crear focos de polémica donde no los hay.Si en Sálvame de Telecinco es el gusto del semen de Amador Mohedano-hermano de la fallecida Rocio Jurado-,en TVE y otros medios han sido los tocamientos y abusos sexuales producidos durante los Sanfermines (de los que ya hice comentario de su excesiva"españolización").
Como no pudieron sacar más punta al lápiz con veneno incluido por los 20 minutos de ikurriña que retrasó el txupinazo,pues se fijaron como muchas chicas eran manoseadas por la multitud cuando estas enseñaban sus senos.A partir de ahí,escalada de comentarios de abogadas especialistas,de las unidades de violencia de género,comentarios de trato vejatorio a la mujer e incluso,en un debate de la televisión barcelonesa,Oriol Amorós (ERC) lo encontraba repulsivo.En cambio,no encuentra repulsivo ser chivato de los txakurras o pasar tabaco de Andorra en coche oficial cuando uno de sus compañeros es conseller de la Generalitat.
Pero a lo que ibamos:como no se pudo con la ikurriña ("esa bandera",según TVE) ni con la ezker abertzalea,comenzamos con la guerra al machísmo existente en las fiestas consistente en que todos los tios,cuando ven dos tetas,se desvian y meten mano.Y,para colmo,el asunto Lafagge (si,Nagore) rondó la temática del asunto.
Pues bien,pasados un poco los días de desenfreno,cabe hacer una reflexión.Hay que aprender a distinguir las cosas,los hechos y las situaciones.Vamos a distinguir entre una violación,los abusos sexuales de la plaza Tahrir de El Cairo y unas inglesas borrachas en busca de rabo navarro.Lo que no puede usarse es el mismo lenguaje cuando una inglesa borrachuza se levanta la camiseta y deja sus pechos al aire en medio de una multitud de tios cuando uno o dos la elevan en bolandas con lo que ha pasado con periodistas en Egipto o con el caso Lafagge.No es lo mismo que una calentorra haga eso que una mujer,tras una noche de fiesta,se vea forzada a montarselo con un niño pijo.A cada una lo que le toca.No es creible que una mujer no sepa ni por asomo que no le pasará nada en una multitud de borrachos y,encima,les ponga el flan encima de la mesa.Como para no comérselo.Se ha querido crear una tormenta de verano informativa.Posiblemente porque no interesa que,en tiempos de fiestas,salgan asuntos como la CAN,pero que nadie diga que los tocamientos en la muchedumbre son abusos.Aún no he oído a la experta que se queje de que las chicas no pagan en las discotecas y lo llame sexismo.

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