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NI,ZU TA BIOK.López Peña hil da Frantziako espetxean.Zenbat hil behar duzue?

MARTXELO DÍAZ (GARAkoa)/MAUDILI PRIETO
Vaya vuelta de vacaciones y de Aberri Eguna.La familia de Xabier López Peña (que murió la semana pasada en su prisión francesa donde cumplía condena por pertenecer a ETA y que de su muerte damos nuestro Goian bego)ha denunciado la ocultación de información sobre el estado en el que se encontraba su allegado desde que fue hospitalizado el 11 de marzo, así como el trato recibido por las autoridades francesas en este periodo. Su abogada, Yolanda Molina, avanzó que presentarán una denuncia por estos hechos contra la Administración penitenciaria, la judicial y la hospitalaria.En una comparecencia que tuvo lugar en Baiona, Molina, que no pudo contener el llanto en varios momentos, explicó que la dirección de la cárcel de Fleury-Mérogis no informó a la familia de que López Peña fue trasladado al hospital de Corbeille. Fueron sus compañeros de módulo los que alertaron, una semana después, de que no se encontraba en la cárcel y que desconocían dónde se hallaba.A partir de ese momento, relató la letrada, comenzó una frenética actividad a través del teléfono, el fax y el correo electrónico para tratar de localizar al preso basauritarra, que no fue hospitalizado de urgencia al sufrir un infarto, sino para ser sometido a unas pruebas para determinar si su dolencia cardiaca debía ser tratada con un stent o era preciso un bypass.Hasta una semana después, el 18 de marzo, la familia no pudo saber que estaba ingresado en el hospital parisino de Pitié-Salpêtrière. Al día siguiente, la abogada y los familiares acudieron a ese centro -«que es inmenso, una pequeña ciudad», precisaron- para tratar de localizar al preso, pero se encontraron con el mismo «muro de silencio, incomprensión y desprecio». Los responsables del hospital se lavaron las manos señalando que la responsabilidad era de la Prefectura de París, a la que también acudieron. De vuelta en el hospital Pitié-Salpêtrière, recorrieron todo el centro en busca de su familiar «piso por piso, habitación por habitación».Finalmente, una enfermera les informó de su ubicación, pero la familia no pudo verle, solo su abogada. «Le vi muy mal, estaba muy mal», describió Molina en la comparecencia de ayer.«Han actuado como alimañas, nos han tratado como a perros», enfatizó la abogada, que reveló que el fiscal encargado del caso de López Peña le comunicó personalmente que «no estaba dispuesto a perder más de su preciado tiempo por un asesino».Finalmente, la familia logró permiso para visitarle en las dependencias penitenciarias de Pitié-Salpêtrière y se encontró con el hecho de que había fallecido trece horas antes y nadie se lo había comunicado.Con la muerte, el laberinto burocrático no se relajó, ya que a día de ayer la familia no había podido ver el cuerpo. Esperan hacerlo hoy, para lo que se han desplazado a París. Asimismo, se impidió que un médico de confianza asistiera a la práctica de la autopsia.«Nos tememos lo peor, cualquier cosa», prosiguió Molina, que no entendía cómo López Peña fue trasladado al recinto penitenciario de Pitié-Salpêtrière a pesar de haber sufrido una hemorragia cerebral, cuando su estado requería que estuviera ingresado en el área de cuidados intensivos del centro. Y comentó que los médicos no fueron capaces de explicar su muerte.La abogada recordó que todas las solicitudes de puesta en libertad para que pudiera recibir un tratamiento de recuperación tras su dolencia también habían caído en saco roto.«Su compañera Ainhoa Ozaeta me dijo que no iban a permitir que Xabier saliera vivo y, lamentablemente, tengo que darle la razón», indicó.El ingreso en el área penitenciaria de Pitié-Salpêtrière tras sufrir la hemorragia cerebral también fue calificado como extraño por la doctora Itsaso Idoiaga, integrante de Jaiki Hadi, que destacó que el lugar adecuado hubiera sido el área de cuidados intensivos.También mostró su preocupación por que se hubiera optado por el stent para tratar la oclusión cardiaca que padecía López Peña, por ser un tratamiento más barato y rápido que el bypass, que es más efectivo y adecuado. «Es algo que suele suceder en el caso de los presos vascos», añadió Idoiaga, que recordó que facultativos de esa asociación llevan treinta años trabajando en las cárceles y que en este periodo las condiciones sanitarias no han mejorado. Recordó también que a López Peña se le diagnosticó su dolencia cardiaca en diciembre de 2009.En nombre de Etxerat, Nagore López de Luzuriaga y Muriel Lucantis calificaron de intolerable lo sucedido con la familia y reclamaron que se esclarezcan los hechos."Llevamos años denunciando la política penitenciaria de los estados español y francés, y que siempre han recibido silencio y desprecio por parte de Madrid y París.Y el alargamiento de condenas, las penosas condiciones y las medidas de excepción agravan las dolencias, por lo que reclamaron la liberación inmediata de los presos con enfermedades graves.La condena a prisión ha pasado a ser una condena a muerte, y la dispersión es parte fundamental de ese plan", manifestaron.En nombre de Herrira, Garbiñe Eraso y Nagore García insistieron en la necesidad de acabar con la política penitenciaria de excepción y recordaron que esta demanda es plenamente asumida por la sociedad vasca, como quedó de manifiesto en las masivas movilizaciones de Baiona y Bilbo.Imaginámos que en el Estado español y francés andaran contentos,más cuando ha empezado el juicio a los 5 miembros de la organización armada acusados de matar dos gendarmes en Capbretón.¿Cuántas muertes de presos les hacen falta para quedarse a gusto?.

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