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ORAIN KALERA.Txirri,Mirri eta Txiribiton agur esan dio.

MAUDILI PRIETO/Deia
Podríamos hablar de payasadas como las que hace Carlos Urquijo,enviando cartas a la presidenta del Legebiltzarra,pero no merece ni un ápice de espacio.El espacio lo merecen los míticos payasos Txirri, Mirri y Txiribiton dijeron agur ayer a sus miles de pequeños seguidores después de 40 años haciendo reír a varias generaciones. Xabier Otaegi, Jose Ignacio Ansorena y Txema Vitoria colgaron las narices en Igorre tras la actuación final de su gira navideña Gabonetan ere barrez. No obstante, y a pesar de que los vivos colores y las llamativas pinturas han sido parte imprescindible de sus vidas, no se jubilan con pena ni nervios. "Nos vamos con las manos llenas", ha dicho Xabier entre bambalinas antes del show mientras con sus manos y un poco de pintura blanca se transformaba en Txirri. Atrás quedan cuatro décadas de cantos y sonrisas robadas de las caras de los niños durante más de mil actuaciones. La última, en un Lasarte Aretoa que media hora antes de la sesión ya formaba una larga hilera de ganas e ilusión. "Hay un momento en la función que habla de nuestra despedida. Es emotivo pero se trata de una emoción controlada", confesaba un Mirri vestido a medias, aún con sus gigantes zapatones por atar. Y es que realmente lo que les ha tocado el corazón durante su carrera han sido "otras cosas más pequeñas" como "la sonrisa de una anciana" o "la fidelidad de los niños con síndrome de down". "Ellos han sido unos fans increíbles que nos han seguido a todas partes", comentó el payaso pelirrojo. El trío humorístico, autor de más de 20 discos con canciones mil veces tarareadas -Pintxo, Pintxo, Sorgina Pirulina, etc- comenzó a subirse a los escenarios cuando en Euskadi no existía un grupo de estas características que, además de hacer reír, lo hiciera en euskera. Tales eran las trabas con las que se encontraron que los artistas decidieron sacarse el carnet oficial de payaso pasando un examen para conseguir el permiso del Sindicato Vertical.
Comenzaron en 1972 sin Txema Vitoria y llamándose Kixki eta Mixki ta Kaxkamelon aunque en 1984 cambiaron a los nombres con los que han pasado a la historia. Desde entonces no hay pueblo en Euskal Herria que no haya recibido en alguna ocasión la visita de los payasos. Tampoco hay hogar que se haya resistido a pasar un rato divertido viéndoles por la televisión a través de los programas como Trikitraka trikitron grabados para ETB.
"No nos vamos" A pesar de todas estas vivencias que cargan a sus espaldas, las personas que se esconden detrás de los estridentes ropajes de sus personajes no están cansados. De hecho, la palabra jubilación parece no gustarles mucho. "No nos vamos a quedar todo el día en el sofá, solo la siesta y nada más", reconoce Txiribiton mientras se tiñe el rostro de verde. Tras cuarenta años haciéndolo, tardan poco más de cinco minutos en convertirse en los payasos más famosos. "No nos vamos", sentencian, dejando la puerta abierta a volver a vestirse de cómicos en otras ocasiones. Tan a gusto desarrollan su "hobby profesional" que tampoco les molesta tener que trabajar cuando los demás están descansando. "A mí lo que me cuesta es salir pronto de casa, por lo que llevo en el coche un kit de siesta. Hoy me he dormido todo el camino hasta llegar aquí", confiesa Txirri ante la risa de sus compañeros de narices.Tampoco van a dejar a las nuevas generaciones en la estacada. Para ello, llevan diez años formando a los Junior, que ayer tomaron el relevo de los mayores. "Son jóvenes pero están muy preparados para ello", aseguran. La idea que tienen es que, a pesar del cambio, Txirri Mirri y Txiribiton sigan vivos con la misma inocencia y gracia de cuando nacieron. Así, el primero seguirá siendo el perfecto, el niño un poco listillo; el segundo continuará con sus travesuras y el tercero, demostrando su gran corazón.Eso sí, los nuevos artistas -descendientes de los que se van- "tendrán que poner su toque especial". "Hasta ahora han estado siempre luchando por ser iguales a nosotros. Pero a partir de este momento tendrán que innovar más", propone Txirri. Aunque para Txiribiton la palabra concreta es "actualizar". "Deberán ir acordes con los nuevos tiempos", matiza.Irreconocibles Entre las anécdotas más curiosas que recuerdan no están precisamente las que les han ocurrido ataviados con sus disparatados trajes sino las que han vivido lejos de ellos. "Es muy gracioso ver a los niños la cara que ponen cuando sus padres nos señalan y les dicen que somos Txirri, Mirri o Txiribiton: no se lo creen", explican. "Txirri es el menos irreconocible porque no llevo nariz de payaso. Aún así, los niños no me ven, son los mayores los que me miran", cuenta Xabier. "Un niño fue contando un día que había visto a Mirri vestido de señor", incide divertido Jose Ignacio.El público de esta última gira ha sido, no obstante, algo diferente al infantil que acudía en masa a verles. Y es que entre los habituales locos bajitos, los payasos han distinguido a mucho aita y ama "de 30 o 40 años". "Nos ha sorprendido muchísimo, casi traen a los niños como excusa para volver a vernos por última vez. Nos han llenado de achuchones y nos han dado las gracias. Sí, es 'eskerrik asko' la palabra que más nos han repetido". Hasta siempre.

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