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GUTUNAK.Carta a la “ultra” Esperanza Aguirre.

IÑIGO LANDA.                                                                                                                                                                       Señora presidenta de la Comunidad de Madrid, como ve en mis primeras líneas, guardo la compostura y trato de respetarla en todo lo posible, a pesar de que bajo estas líneas me gustaría llamarla impresentable y quién sabe qué más. Ahh ¿Qué no sabe por qué?.Yo le explico el porqué de mi enfado y mi repulsa hacia su manera de gobernar en la Comunidad de Madrid, que por suerte, no habito, puesto que sería una de las peores desgracias que me pudieran ocurrir, vivir en una Comunidad que regenta una lerda como usted.Después de clasificarse mi equipo de fútbol, el Athletic Club de Bilbao, para la final de la Copa, empecé los tramites en la medida de mis posibilidades, para poder ir a dicho evento. El conseguir entrada era una dificultad por la que podíamos pasar, pero estando en Madrid el Santiago Bernabéu, campo que tiene aforo suficiente para acoger a nuestra hinchada y también a la de cualquier rival que se hubiera enfrentado a nosotros, pensé que este año no pasaría lo mismo que en Valencia, aunque bien es cierto que al saber contra quien jugábamos la final, temía que nos hicieran lo que al final ha pasado, que si obras y tal.Yo no digo que esto sea culpa suya, que seguro que algo de culpa también tiene, no soportaría usted que un campo con casi noventa mil personas, pitara al rey o al himno español y nada mejor que decirle a Florentino que había que hacer obras urgentemente y todo eso que ha pasado después. Claro, los hosteleros de su Comunidad sabían que dejarse ir este evento les supondría no ingresar un tanto por ciento bastante elevado de dinero en sus arcas y como gente con dos dedos de frente, (los que le faltan a usted) pues se volvieron contra su gestión y la de la Alcaldesa de Madrid, que me da igual, una que otra, tanto monta, monta tanto….Entonces usted pensó que tenía otro estadio en la Ciudad, más pequeño y en el que no entraría tanta gente, por lo tanto, los silbidos serían menos y así, mataba dos pájaros de un tiro: tener contento a los hosteleros y a los que la apoyan a usted.Estos últimos movidos por gente como usted, no podían quedarse de brazos cruzados y dejar que Vascos y Catalanes camparan a sus anchas por su capital, aunque unos y otros generen dinero a su Comunidad, y les instó a manifestarse por la “unidad de España”. Como si no hubiera más días en el año para dicha absurda manifestación. Eso se llama provocar y mezclar churras con merinas. Seguramente que los policías también se han tenido que “alegrar” bastante con tal manifestación, como si controlar a tantos miles de personas no fuera bastante para ellos, ahora les pone otra prueba más y aunque usted dice que la seguridad está más que garantizada, mezclar en dicha ciudad tanta gente con pensamientos distíntos, no puede traer nada bueno.Y ahí es donde quiero llegar. Voy a ir a dicha final (que será mi sexta Final de Copa), y voy a ir a las carpas autorizadas por usted para compartir algún trago y algún bocado con los míos y con mis amigos catalanes, pues aunque usted no lo crea los tengo. Grandes amigos por cierto.Si unos silban el himno, a lo mejor otros silban a todas las autoridades que estéis en el palco y que tanto nos estáis robando a todos. Quizás (bueno… seguro) pueda silbar al hijo del “caza elefantes” que se va de safari con mis impuestos, yo creo que tengo más que sobradas razones para silbarle a su hijo, ya que él este año no va a dar la cara. También me puedo acordar de lo que ha robado el “yerno” y de momento me salga la mala leche en forma de silbido, quien sabe.Lo que quiero dejarla bien claro es que si me pasa algo ese día, usted será la única responsable y sepa también (ojalá no ocurra nada de lo que pretende provocar) que actuaré contra usted en forma de denuncia si llega el caso, porque los que queremos que el deporte y la política vayan por distintos caminos, nos vemos en la obligación gracias a gente como usted, a volverlos a ver juntos de la mano.Sin más se despide de usted un vasco, que se ríe abiertamente de lo que usted llama la unidad de España.

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