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USTED ESTÁ ACREDITADO.Vuelve el Hércules,vuelve la memoria (la guerra entre Sarabia y Clemente).

JOSERRA CIRARDA/Kirol kazetaria.
La vuelta del Hércules a San Mamés hace resurgir una vieja leyenda en la parte negra de la historia del Athletic.Hace 25 años, precisamente después de ganar un partido al Hércules en la Catedral, el Athletic se sumergía en la mayor crisis institucional que la entidad rojiblanca ha vivido a lo largo de su centenaria historia. Las incendiarias palabras de Javier Clemente tras la conclusión del encuentro frente al conjunto alicantino desataron la polémica. "Manolo Sarabia no volverá a jugar conmigo en el Athletic", sentenció El Rubio de Barakaldo. Lo que hasta entonces había sido un conflicto de caracteres se convirtió en una guerra declarada cuyas heridas aún siguen abiertas. 25 años después, con las heridas aún abiertas, los protagonistas de la crisis rememoran, con mayor o menor expresividad, los pormenores de los doce días que cambiaron la historia del Athletic y marcaron el principio del fin del último equipo campeón.Este artículo resume la crónica de 12 días de tensión máxima.

LOS CARÁCTERES MÁS ENFRENTADOS
"Fue un enfrentamiento de caracteres. Creo que todo empezó en las charlas que teníamos después de los partidos. Allí se debatían todos los detalles. Pero si Javi (Clemente) proponía una cosa, Manolo (Sarabia) se la rebatía, lo que provocó que la situación se fuera enconando". José Mari, Txato, Núñez, uno de los capitanes de aquel equipo que venía de ganar dos Ligas y una Copa, que la temporada anterior finalizó tercero en la competición liguera, que tuteaba al Barcelona de Maradona y al Madrid de Stielike, resume así sus recuerdos de los prolegómenos de la crisis.Sarabia, que había marcado nueve goles en los 25 encuentros de Liga y Copa de la UEFA disputados, en catorce de los cuales fue titular, se siente agraviado. Considera que merece ser titular. Paco Crespo, entonces responsable de la información del Athletic en El Correo Español, apoya al de Gallarta, según confirma Daniel Ruiz-Bazán. "Todo estalló a raíz de algunos artículos de Paco Crespo. Sarabia no jugaba de titular porque, conociéndole a Javi, era uno más de la plantilla". El propio Javier Clemente corrobora las palabras del capitán: "Sarabia reivindicaba en El Correo que tenía que ser titular. Y Paco Crespo aprovechaba que jugáramos algún partido mal para montarnos el pollo, lo que creaba mal ambiente. Y es que a El Correo le interesaba quitar el buen rollo que tenía aquel equipo".
En la jornada décimoséptima, Sarabia juega frente al Atlético de Madrid (1-1) su último partido como titular con Clemente. Una semana más tarde, saliendo desde el banquillo, abre el marcador en la victoria frente a Osasuna (2-0) en el último partido de 1985. El cambio de año desata la crisis. El Athletic empata en Las Palmas (2-2). Sarabia sale en la segunda mitad, pero no cumple las órdenes que recibió de su entrenador, según declaró el propio Clemente a Antena 3 Radio en medio de la tormenta.

LA GOMA2 DE LA SITUACIÓN
En las siguientes jornadas, Sarabia no viaja a Sevilla y ve el partido contra el Hércules en las gradas de un San Mamés en el que la afición corea su nombre. Clemente recuerda que "Manolo deja de jugar porque físicamente estaba bajo. Le ponía en los segundos tiempos porque prefería sacar a otros jugadores de principio para que hicieran el trabajo sucio y ya, con el equipo contrario desgastado, él aprovechaba su calidad para marcar". El Rubio confiesa que "un día le comenté esta idea en la caseta y me contestó. Los capitanes le pidieron que se callara y no se calló. A partir de ahí consideré que no tenía sitio en el equipo".Sarabia, 25 años después, prefiere no recordar aquellos momentos, "que bastante daño me hicieron a mí, que me quedé sin jugar el siguiente Mundial, y al Athletic. Nunca he hablado de ello y prefiero no hacerlo".El octubre anterior, la Junta Directiva que presidía entonces Pedro Aurtenetxe había conseguido que los dos protagonistas de la historia consensuaran un pacto de no agresión. Sin embargo, las distancias entre Sarabia y Clemente no solo no se estrecharon, sino que se expandieron. El de Barakaldo no aguanta más y estalla al término del encuentro contra el Hércules. Era 19 de enero. Aurtenetxe, que duda "si es bonito rememorar aquel suceso", reconoce que "fue un gran disgusto para todos. Para el club, para la directiva, para la plantilla y para toda la masa social". El dirigente rojiblanco opina que todo surgió "por diferencias deportivas que terminaron en diferencias personales, lo que provocó que las soluciones fueran más difíciles".Dos días más tarde, Aurtenetxe y sus directivos -entre los que se encontraban José María Arrate y José Julián Lertxundi- estudian la situación y deciden sancionar con una fuerte multa y un expediente disciplinario al entrenador, después de haber mantenido reuniones con los dos protagonistas, así como con los capitanes de la plantilla. La directiva intentaba con su postura no romper el tándem que formaba el técnico con los jugadores. La sinceridad de Clemente va a colocar a Aurtenetxe en un callejón sin salida: "La reconciliación con Sarabia es imposible". La suerte estaba echada.

EL ESTALLIDO
La semana avanzaba. El Athletic tenía que medirse al Barcelona en el Camp Nou, pero en Bilbao sólo se hablaba del tema. La respuesta del presidente al órdago de Javier Clemente fue la advertencia final. "Ya no valen componendas", sentenció Aurtenetxe. El máximo dirigente rojiblanco dejaba entrever que el problema no se había solucionado con la multa y el expediente. Ante el cariz que toman los acontecimientos, Clemente cita en su casa de Getxo a toda la plantilla, a excepción de Sarabia. "Allí analizamos la situación, porque veíamos que las cosas se estaban poniendo de mala manera", recuerda Txato Núñez antes de añadir que "después de esa reunión quisimos reunirnos a solas con Aurtenetxe, pero él nos citó en Ibaigane con toda la Junta Directiva". Dani añade que "los jugadores habíamos tomado la decisión de no perjudicar a ninguno de los dos, porque queríamos a los dos en el equipo".La reunión entre directiva y jugadores fue tensa y se prolongó hasta las 4.00 de la madrugada. "No fueron momentos agradables", descubre Dani que, como capitán, ejerció labores de portavoz, "un mero transmisor de lo que consensuábamos entre todos, por lo que me dolió que un directivo me dijera: Parece mentira que siendo el capitán vengas diciendo estas cosas". Txato desvela que "los jugadores nos habíamos comprometido a intentar arreglar la situación sin castigos".Los intentos de la plantilla por reconducir la situación les llevaron a buscar la intermediación de monseñor Juan María Uriarte, entonces obispo de Bilbao, quien también se excusó para no hacer declaraciones 25 años después de los hechos.De nada sirvieron aquellas largas horas de reunión. Al día siguiente, la Junta Directiva del Athletic anuncia la destitución de Javier Clemente después de 226 partidos al frente del equipo. " Me sentí traicionado por toda la Junta", se sincera 25 años después el técnico. "El problema de la Junta Directiva es que tuvo miedo de El Correo. Era un problema que no tenía que haber existido y que la Junta lo tenía que haber cortado con anterioridad, pero tuvo miedo de enfrentarse a El Correo", añade El Rubio.No coincide Aurtenetxe con la valoración del entrenador y confiesa que "hicimos todo lo posible para arreglar la situación. Si tomamos la decisión de destituir a Javi, con todo el dolor que nos produjo, fue porque nos pareció la mejor y única solución posible".

25 AÑOS DESPUÉS Y NO SE CIERRA LA HERIDA
Aquel domingo el Athletic perdió en su visita al Barcelona por 3-1 sin Javier Clemente, destituido, ni Manolo Sarabia, no convocado, en el Camp Nou. El Athletic asistía al comienzo de una mutación que no se manifestaba simplemente con la presencia de Iñaki Sáez en el banquillo. Txato Núñez corrobora la idea al reconocer que "la vivencia que tuvimos aquella semana marca la línea que luego llevó el equipo. Fue el principio del fin de aquel equipo campeón. Ahí empezó el declive". Dani se suma a la opinión de su compañero y reconoce que "aquello marcó un antes y un después, pero no solo en el equipo, también entre los aficionados que quedaron divididos en clementistas y sarabistas".Pese a la crisis, el Athletic repitió el tercer puesto al término de la Liga, pero ya nada volvería a ser igual. Al término de la campaña, Dani, Núñez y Meléndez ven cómo el club no renueva sus contratos, Zubizarreta es traspasado en una rocambolesca operación al Barcelona y Julio Salinas, que venía de triunfar en el Mundial de México, prefiere continuar su carrera profesional en el Atlético de Madrid de Jesús Gil.Sarabia aún continuaría dos años más en el Athletic, un Athletic que la temporada siguiente vivió la zozobra de tener que disputar el play-off de descenso, mientras sus aficionados veían cómo Javier Clemente guiaba al Espanyol al tercer puesto de la tabla.Pese a todo, la plantilla campeona continuó reuniéndose anualmente para celebrar los títulos. Sin embargo, hasta muchos años después, Clemente y Sarabia no coincidirían en la mesa, ya que asistían un año cada uno a la celebración con el fin de evitarse."Volvería a actuar de la misma manera", define rotundo el de Barakaldo. "Y lo digo, no por la razón que me pudieran los triunfos, lo digo porque mi razón estaba en la plantilla, y porque en la centenaria historia del club no ha habido ningún jugador, ni siquiera Iribar, que reivindicara para sí un puesto de titular en el Athletic".

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